La pesquisa deberá centrarse en verificar la participación del exfuncionario en incumplimiento de deberes. Esto porque el exdetective José Miguel Mérida Escobar, por cuya muerte fueron condenados la noche del martes, 6 de agosto, cuatro exdetectives policiales, adelantó pesquisas por el asesinato de la antropóloga Myrna Mack en 1990 y acudió a la Procuraduría General de la Nación para exponer el temor que tenía de que lo mataran.
Para los jueces quedó comprobado que el detective había denunciado que estaba amenazado y “no se prestó el apoyo adecuado, por eso se ordena al Ministerio Público lo conducente contra Acisclo Valladares Molina”.
La jueza Yoc se refirió a que las autoridades de ese entonces “debieron” prestar atención a la sospecha del detective de que su vida estaba en peligro y atenderlo.
La pesquisa será remitida a la Fiscalía de Derechos Humanos, que dirige Hilda Pineda, aunque esto será hasta que se lea de forma íntegra la sentencia contra los cuatro exintegrantes de la extinta Policía Nacional (PN), condenados por asesinato y delitos contra los deberes de humanidad en agravio de Alberto de Jesús Guerra Galindo -desaparecido- y Gonzalo Cifuentes Estrada -ultimado- a quienes inculparon de la muerte de su compañero, al implantar pruebas.
Prensa Libre ha intentado consultar a Valladares Molina para saber su postura en relación a lo que ordenó el alto tribunal, pero no ha respondido las llamadas.
Alrededor de las 16 horas, Valladares Molina se presentó a Gestión Penal de la Torre de Tribunales para pedir una copia de la sentencia, aunque aún está pendiente de la reparación digna y la lectura íntegra del fallo. Solo indicó que leerá el fallo y luego se pondrá a disposición de las autoridades.
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También a militares
El Tribunal también ordenó lo conducente contra exintegrantes del Ejército que estuvieron en el archivo de esa institución, pues con las abundantes pruebas del debate “se determinó que los soldados de esa unidad pudieron haber tenido alguna participación y hasta ahora no hay nadie del Ejército investigado y mucho menos condenado por este asesinato”, refirió Yoc.
Después que se conozca el resultado de la audiencia de reparación digna al Estado y la lectura íntegra de la sentencia la Fiscalía podrá tener el expediente, el audio de la sentencia y las actuaciones para remitirlo a la Oficina de Atención Permanente del Ministerio Público, en donde se iniciará la denuncia correspondiente.
A partir de ahí se definirá una Fiscalía para que inicie las pesquisas y comience a revisar los documentos del caso.
Satisfacción
La activista Helen Mack, hermana de Myrna Mack, mencionó que la sentencia que incluye abrir una pesquisa contra Valladares Molina será para esclarecer los hechos.
“En el caso del entonces director de la Policía, el coronel Mario Enrique Paiz Bolaños, tenía que haber sido investigado por los hechos. También en el caso de Acisclo Valladares Molina, que era el procurador General de la Nación y jefe del Ministerio Público porque antes estaban unidas -las instituciones-, también en los mismos documentos consta que el detective Mérida Escobar antes de ser asesinado fue a la Procuraduría General de la Nación a pedir auxilio porque se sintió amenazado y nadie le pudo garantizar su vida y de esa cuenta fue asesinado”, manifestó Mack.
La condena
El exdetective Alberto Encarnación Barrios Rabanales fue condenado a 35 años de prisión, mientras que los también exdetectives Martín Alejandro García Mejía, Julio David López Aguilar y José Miguel González Grijalva deberán pasar 41 años y ocho meses en prisión por la muerte del detective.
El Tribunal los halló culpables de la muerte del detective José Miguel Mérida Escobar, quien adelantó pesquisas por la muerte de la activista Myrna Mack en 1990.
También de los delitos de asesinato y delitos contra los deberes de humanidad en agravio de Alberto de Jesús Guerra Galindo -desaparecido- y Gonzalo Cifuentes Estrada -ultimado-, a quienes inculparon con la muerte de su compañero.
La muerte de Mérida Escobar sucedió cuando este salió de la antigua sede de la PN, ahora Ministerio de Gobernación, y caminaba por el parque Concordia, ahora Enrique Gómez Carrillo.
La investigación contiene el testimonio que brindó la víctima ante una judicatura en donde predijo su muerte, debido a que había logrado identificar a Noel de Jesús Beteta Álvarez, quien fue especialista del Ejército, como el autor de la muerte de la antropóloga Myrna Mack.
Mack efectuaba un estudio por las víctimas que eran desplazadas en el interior del país por petición de pobladores de las Verapaces.
