Según informes policiales, los reos fueron trasladados del Centro Penitenciario de Támara, a 15 km al norte de la capital, de donde fueron llevados los primeros 37 reclusos el pasado 19 de septiembre.
Hernández dispuso el traslado a la nueva cárcel construida en Ilama, departamento de Santa Bárbara, unos 180 km al noroeste de la capital, afirmando que los presos estaban ordenando desde la cárcel capitalina asesinatos, extorsiones y otros delitos.
En 'El Pozo' los presos están confinados en celdas individuales, sin comunicación con el exterior y son sacados a la luz del sol una hora al día.
Anuncia construcción de nueva cárcel
Hernández también anunció el domingo “la construcción de más cárceles modernas y seguras”, incluso una aislada cerca de la costa caribeña del país para reos altamente peligrosos.
“Seguiremos con la construcción de más cárceles modernas y seguras, y quiero anunciar que ya iniciamos el diseño de un nuevo concepto en cárceles de máxima seguridad en el país”, enfatizó Hernández.
La nueva cárcel anunciada por el mandatario será construida “en una zona aislada y distante, cerca de la costa atlántica, donde sea muy difícil llegar y que esté bastante alejada de cualquier lugar poblado”.
Con los ocho reos enviados el domingo por orden de Hernández a la cárcel de Ilama, también conocida como “El Pozo”, que recién fue inaugurada, suman 45 los prisioneros en ese penal.
Los primeros 37 fueron enviados en septiembre por instrucciones de Hernández, quien días después dijo que otros 20 reos correrían la misma suerte si no cambiaban su comportamiento de estar ordenando la comisión de crímenes desde las prisiones en que estaban.
“Para todos ellos su reclusión se convirtió en un justo y verdadero castigo, pero para muchos su castigo es aún mínimo si se compara con el sufrimiento que provocaron a sus víctimas y sus constantes amenazas, las cuales cumplieron arrebatando la vida de muchos hondureños inocentes”, enfatizó Hernández.
Añadió que por las “fechorías” de esos reos considerados altamente peligrosos, “hoy muchos hijos no tienen a sus padres y muchas madres y padres no tienen a sus hijos”.
“Le quitaron de la boca el pan de cada día a muchas familias que tenían que pagar extorsiones como un caro precio por no perder la vida”, subrayó.
Hernández explicó que semanas atrás advirtió que “trasladaríamos a 'El Pozo' a otros 20 reos; les advertimos que corrigieran su camino, pero, pese a ello, nuestros cuerpos de seguridad detectaron que desde las cárceles siguieron ordenando crímenes, extorsiones y actos de terror”.
“Cuando tomamos estas medidas sabíamos que debíamos esperar una reacción”, acotó el mandatario.
Dijo que los ocho reos remitidos ayer a la cárcel de Ilama estaban presos en la Penitenciaría Nacional y el Segundo Batallón Aerotransportado, ambos cercanos a Tegucigalpa.
“Ya son 45 los criminales presos en El Pozo y este proceso seguirá hasta que hayamos puesto en máxima seguridad a todos los cabecillas criminales. Vamos a recuperar la paz y la tranquilidad, cueste lo que cueste”, recalcó.
Dijo además que en Honduras “nadie está por encima de la ley” y que “el que delinque debe ir a la cárcel y si desde la cárcel sigue delinquiendo lo vamos a trasladar a El Pozo”.
“Les repito: no vamos a retroceder en esto ni un tan solo milímetro. Honduras está construyendo la paz que le arrebataron desde hace muchos años. Sabemos que este es un proceso y que no es de la noche a la mañana”, expresó Hernández.
También señaló que “a pesar del daño causado” por los criminales, “se ha identificado algunos activistas de oposición apoyando protestas de supuestos familiares e integrantes de los mismos grupos criminales que se oponen a estos traslados para el aislamiento”.
“No vamos a retroceder ni un milímetro porque las decisiones que se están tomando tienen como propósito proteger a la población de la actividad de esos delincuentes, y es lamentable que existan grupos que apoyen y estén coludidos con los intereses de las bandas criminales”, recalcó.
Continuará la construcción “de un nuevo sistema carcelario que realmente sea aleccionador y que proteja también los derechos de las víctimas, y de todo el pueblo hondureño honrado y trabajador”, apostilló.
Intentaron incendiar cácel
Las autoridades también confirmaron que unos 500 pandilleros, familiares y allegados fueron detenidos el viernes pasado en Honduras cuando se trasladaban en buses para incendiar la cárcel de máxima seguridad en Santa Bárbara (oeste), informó la policía.
El portavoz de la policía, subcomisionado Luis Osavas, dijo a la AFP que “unas 500 personas, entre pandilleros, familiares y gente que ellos habían financiado fueron detenidos en la posta policial porque querían ir a dañar las instalaciones del penal, incendiarlas”.
Añadió que en la captura se decomisaron morteros, gasolina, neumáticos y otros materiales para provocar incendios.
El ministerio de Seguridad relató en un comunicado que “en el sector del puesto de control de La Ceibita, Santa Bárbara, fueron detenidos 13 buses interurbanos procedentes de San Pedro Sula donde se conducían varios pasajeros que se dirigían al Centro Penal de Ilama, conocido como El Pozo, donde se identificó a supuestos miembros de pandillas que pretendían incendiar dicha cárcel”.