Luis Mario Montenegro, director social de Techo Guatemala, comentó que luego de la erupción definieron tres proyectos consistentes en recabar información de cada familia, construcción de albergues temporales y edificación de viviendas.
“Es así como hoy -14 de agosto del 2019- damos inicio a la construcción de 15 viviendas definitivas para igual número de familias que perdieron sus casas durante la erupción”, resaltó Montenegro.
También lea: Declaran inhabitables tres comunidades por amenaza del Volcán de Fuego
Agregó que buscan que las casas que construyen sean utilizadas como un modelo de vivienda social. “En ese sentido trabajamos una vivienda de 59 metros cuadrados para las familias en un terreno de nueve por 20 metros, lo que permitirá tener un crecimiento horizontal o vertical”, aseguró Montenegro.
El representante de Techo resaltó que para hacer realidad este proyecto se unió a varios actores, entre ellos la iniciativa privada para obtener financiamiento.
Las viviendas para los damnificados estarán disponibles en noviembre de este año. (Foto Prensa Libre: Carlos Paredes)
“Hicimos varios trabajos para coordinar a los voluntarios y en ese sentido empezamos el trabajo con Toledo, USAPEEC y Banco Compartamos de México”, indicó Montenegro.
Adolfo Peniche, director general de Compartamos S.A., dijo que debido a lo que sucedió con el Volcán de Fuego decidieron contribuir con las familias damnificadas.
Lea también: Ministerio no tiene fondos para remover material volcánico que amenaza a comunidades
“Fue por eso que logramos contactar con la fundación Techo, porque vimos que había una buena posibilidad de coincidir con muchos intereses y de ahí se fue armando el proyecto”, comentó.
“No solo hemos estado pendiente de la elaboración del proyecto sino también hemos impartido clases y cursos de educación financiera a todos los beneficiarios”, agregó.
Ana García, damnificada, dijo: “fue una experiencia muy dura, porque nosotros crecimos en ese lugar, fue muy triste ver a todos nuestros vecinos, todas las personas que conocimos que partieron a un lugar que Dios les había preparado, ha sido una experiencia terrible que da tristeza recordar”.
“Para nuestra sorpresa, un día llego a mi esposo y nos dijo que éramos parte del proyecto, para nosotros fue una felicidad tener una vivienda digna, donde pudiéramos vivir tranquilos, en paz, alejados del volcán y empezar de nuevo con nuestra familia”, comentó García.
