CON NOMBRE PROPIO

#PatojoQueNoTeCallen

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Saltó la noticia: en el Congreso de la República algún o algunos diputados promoverán una ley que prohíba a menores manifestar. Esto nos debe preocupar, ¿Por qué? Porque el derecho de manifestación es un derecho humano individual que no puede ser restringido por el legislador. Lo tenemos por el solo hecho de haber nacido y cada quien tiene toda la facultad para decidir qué amerita protestar y qué no. Solo nuestros padres nos podrán guiar en ese plano.

Es imposible entender un sistema democrático sin manifestaciones de protesta, las cuales en Guatemala y en cualquier otro lugar del planeta son el germen fundamental para el reconocimiento de derechos.

¿Qué sería de las mujeres si no hubiesen protestado? ¿Qué sería de los guatemaltecos si no hubiésemos protestado? El derecho a la manifestación, la cual puede ser por protesta o júbilo, no puede ser restringido por nadie y en eso radica, en mucho, la diferencia entre ley y derecho.

Una ley puede ser injusta, el derecho jamás lo es. Hace 70 años las mujeres que accedían a educación universitaria se contaban con los dedos y ahora constituyen un porcentaje mucho más apreciable, esto está a la vista, por eso es que la mujer ocupa espacios que antes no ocupaba.

En Perú existía una ley que de forma expresa penalizaba las relaciones sexuales consentidas de patojos entre 16 y 17 años, las protestas contra esa ley fueron enormes y dejó de existir una norma que metía presos a estos adolescentes. Protestaron los patojos.

Sabemos, y todos conocemos casos, de abusos del derecho de manifestación, pero ¿de qué derecho no se abusa?, existe abuso de la libertad y para ello basta ver el desastre de tránsito vehicular que tenemos, existe abuso del derecho de propiedad, cuando un vecino quiere en su casa hacer lo que se le da la gana y molesta o daña a sus vecindades, existe abuso al acceso al debido proceso, cuando una parte en un juicio presenta recursos dilatorios e impertinentes con el único objeto de retardar la marcha de la discusión, existe abuso de la libertad de religión cuando somos vecinos de una iglesia y no nos dejan entrar a nuestra propia casa o no nos dejan dormir, existe abuso de la libre emisión del pensamiento, cuando periodistas insultan a otros o se consideran los únicos portadores de la verdad y pintan de “corruptos” o “tontos” a quienes no comparten sus ideas.

Sabemos de padres irresponsables que manifiestan de forma violenta y luego colocan a sus propios hijos como primera barricada para evitar que las fuerzas del orden puedan realizar sus funciones; sin embargo, esto denota una paternidad irresponsable y existen sanciones que como padres deben sufrir, pero no por la impunidad del sistema que no hace nada con esos papás vamos a prohibir el libre ejercicio de nuestros derechos.

Una procesión es una manifestación religiosa, cuando ganan los rojos el campeonato (por cierto ya fecha lejana) muchos salimos con banderas para celebrar el triunfo (y duele escribirlo pero los cremas han tenido ese mismo derecho y más seguido últimamente), eso es una manifestación de júbilo que tapa calles, no digamos cuando la selección de futbol lograba algún triunfo, o cuando el mismo Érick Barrondo regresó con medalla al pecho.

Una ley que “estratifique” qué manifestaciones pueden tener participación de menores y cuáles no, es bridarle la opción al poder para decir qué amerita manifestar y que no, lo cual es una violación a un derecho humano fundamental que no debemos permitir. En Tuiter existe la etiqueta #PatojoQueNoTeCallen para que empecemos por crear una conciencia virtual para luego acudir a donde sea y evitar otro abuso de poder ¿se apunta?

ESCRITO POR:

Alejandro Balsells Conde

Abogado y notario, egresado de la Universidad Rafael Landívar y catedrático de Derecho Constitucional en dicha casa de estudios. Ha sido consultor de entidades nacionales e internacionales, y ejerce el derecho.