La empresa, cuya compra está ultimando el gigante Microsoft, reivindica más de 467 millones de usuarios en el mundo, entre ellos seis millones en Rusia.
Muy criticada por los actores del sector tecnológico, la ley aplicada a LinkedIn obliga a los servicios de mensajería, los motores de búsqueda y las redes sociales extranjeras a almacenar en Rusia los datos personales de sus usuarios rusos.
“Nunca habíamos visto esto. Semejante confrontación directa con los grandes grupos tecnológicos mundiales supone una nueva página de la historia”, comentó en Facebook Leonid Volkov, un responsable de la organización Sociedad de Defensa de internet, que lucha contra la censura.
La cuestión de los datos personales y su uso suscita debates en todo el mundo, pero es especialmente espinosa en Rusia, donde las autoridades han introducido en los últimos años varias leyes que refuerzan el control sobre internet y las redes sociales, unas herramientas vitales para la oposición rusa.
El Kremlin negó las acusaciones de censura en el caso de LinkedIn. Según el portavoz de la presidencia, Dmitri Peskov, el organismo regulador de las telecomunicaciones, encargado de aplicar la sentencia, “actúa siguiendo estrictamente la ley”.
Esta agencia reguladora ya avisó varias veces a grupos como Facebook y Twitter de que debían aplicar la nueva ley, sin imponerles ninguna sanción hasta la fecha.
Desde el regreso de Vladimir Putin al Kremlin en 2012, el endurecimiento de la legislación dio lugar a textos como el que obliga a los proveedores de internet y a las redes sociales a almacenar los mensajes, llamadas y datos de sus usuarios durante seis meses.