A ello se suman las quejas de cobros excesivos, buses sobrecargados, paradas deterioradas y otras denuncias, según Édgar Guerra, defensor del Usuario del Transporte Público, de la Procuraduría de los Derechos Humanos (PD H).
Guerra indicó que analizan remitir las denuncias que han recibido al Ministerio Público, que ya efectúa pesquisas por la corrupción que se presume hubo en la ejecución de fondos del Transurbano.
Afecta a muchos
Abordar unidades del Transurbano se ha convertido en un calvario para los más de 350 mil usuarios del servicio.
Al comienzo, la promesa fue la circulación de tres mil 150 unidades que sustituirían los dos mil 927 buses rojos registrados.
Prensa Libre recorrió en los últimos días el norte y sur de la capital y recogió varias inconformidades de los usuarios.
Entre las demandas más comunes se encuentra el cobro irregular del pasaje, escasez de buses, hacinamiento de las unidades, tiempo de espera para abordar, falta de respeto de algunos pilotos, falta de beneficios para personas de la tercera edad y personas con capacidades diferentes.
“No tienen una tarifa estable, dijeron que era un quetzal y centavos, pero cuando uno pone la tarjeta allí le descuentan los dos quetzales”, afirmó el usuario, José Córdova.
“A veces no hay Transurbano y uno tiene emergencias y necesita irse más rápido, eso es perjudicial”, señaló Édgar Choc.
Guerra afirma que han comprobado irregularidades en el cobro del pasaje y que se ha hecho del conocimiento de la Superintendencia del Transporte Público y de las autoridades de la empresa Sistema Integrado Guatemalteco de Autobuses (Siga), que argumentó fallas en el sistema de cobros.
Tiempo de espera
Otra de las demandas es el tiempo de espera para abordar un bus, el cual alcanza en ocasiones hasta una hora, tal como lo relató Blanca de Benavente, quien intentaba abordar una unidad en la colonia Alameda, zona 18, para dirigirse a la zona 1.
La mayoría de entrevistados aseguraron que a diario deben esperar de 20 a 40 minutos y hasta una hora para subirse a las unidades, porque las pocas que pasan van muy llenas.
“El servicio es deficiente, no logró satisfacer lo que necesitábamos. Pasa uno más o menos una hora u hora y media esperando, y los que pasan, pasan llenos”, refirió un usuario que viajaba en la gradas de un Transurbano que se dirigía de la calzada Atanasio Tzul al Obelisco.
“A veces hasta 40 minutos por que no hay muchos buses y en la noche es igual”, señaló Aura Bran, quien vive en la zona 18.
En la estación del Trébol, a las 7 horas de ayer, se formó una fila de al menos 30 personas, que esperaban un bus por más de 25 minutos, cuando por fin llegó no pudieron abordarlo debido a que la máquina que cobra el pasaje no funcionó en tres intentos que hicieron distintos usuarios, por lo cual el piloto optó por cerrar las puertas de la unidad y marcharse. Los afectados debieron esperar más en una parada sin vigilancia.
¿Otro negocio ilegal?
En todas las paradas de Transurbano se encontró a personas que “venden pasaje”. Cobran alrededor de un quetzal más del valor de la cuota establecida, se les paga en efectivo y ellos prestan su tarjeta Siga para que sea escaneada en los lectores de los buses y así los pasajeros aborden.
En algunas estaciones hasta se pueden observar rótulos donde ofrecen el “beneficio”.
En el centro de la ciudad, por las noches, en distintas calles, se observan grandes filas de usuarios, a la espera de una unidad del Transurbano.
Denuncias que se investigan
La Contraloría ha auditado al Transurbano desde el 2010.
Q104 millones habrían sido utilizados por el Transurbano para la compra de aparatos del sistema prepago que no fueron instalados.
Los propietarios de los buses estaban obligados a comprar tres mil 195 buses —tres mil corrientes y 195 articulados—, pero solo adquirieron 495.
El MP conoce una segunda denuncia por irregularidades en la ejecución del subsidio de Q18 millones.
Un total de US$33 millones 800 mil, de US$35 millones convenidos, fueron entregados para la instalación del sistema prepago, según la Contraloría.