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Ivanka Trump, la hija “favorita” de Donald Trump que puede acabar en su gobierno o al frente de sus negocios

La esposa de Donald Trump, Melania, se convertirá en primera dama cuando el presidente electo de Estados Unidos tome posesión de su cargo el próximo 20 de enero.

Pero muchos analistas políticos creen que su hija Ivanka será quien asuma ese papel. La imagen de Ivanka como una participante más en el encuentro entre su padre y el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, el jueves último en Nueva York no hizo sino reforzar las especulaciones sobre cuál será su papel en la nueva presidencia.

Algunos se aventuran a pronosticar que “la hija favorita” del magnate tendrá algún cargo en el gobierno de su padre, lo que podría ir contra las leyes antinepotismo.

Otra posibilidad es que herede el control de los grandes emporios de su padre: The Trump Organization y Trump Hotels, y eso tampoco está exento de polémica.

Hija adorada

Su hermano Donald Jr. dice que ella es la hija favorita y cuenta que en la familia a llaman “la niñita de papá”.

Se dice que, cuando están separados, hablan hasta cinco veces al día.

Durante la campaña, Ivanka viajó miles de kilómetros por todo Estados Unidos para apoyar a su padre.

Parte de este periplo lo hizo estando embarazada, a la espera de su tercer hijo.

La revista Vanity Fair la calificó como “esposa delegada” en un artículo en el que escribía: “La campaña de Trump parece estar más cómoda utilizando a la hija del candidato para difundir su mensaje que a su esposa”.

De hecho, fue Ivanka y no Melania quien presentó a Donald Trump como candidato republicano para la presidencia de EE. UU. en la Convención Nacional Republicana de Cleveland, Ohio.

Exmodelo y empresaria

Elocuente y calmada, Ivanka da una imagen opuesta a la de su padre.

Nació en 1981 en Manhattan, Nueva York, fruto del matrimonio de Trump con la atleta y modelo checa Ivana.

Ya desde sus primeros años se movió en círculos elitistas. Primero asistió a la escuela Chaplin, la misma donde estudió Jackie Kennedy y años después se trasladó a Choate Rosemary Hall en Connecticut, donde estudió John F. Kennedy.

Esta familiaridad con un círculo social exclusivo le dio una confianza urbana de la que carece su padre.

Si bien se crió como presbiteriana, en el 2009 se convirtió al judaísmo para casarse con Jared Kushner.

Exmodelo y empresaria, Ivanka es responsable de algunos de los acuerdos más importantes de las compañías de su padre y tiene un nivel de autoridad que no ha tenido ninguna de sus esposas o incluso algunos ejecutivos.

También tiene su propia marca de moda con el eslogan #womenwhowork (#mujeresquetrabajan).

En su página de internet dice: “Quiero inspirar y empoderar a las mujeres para que construyan vidas que les fascinen, vidas que sean únicamente suyas y no basadas en las expectativas de cualquier otra persona”.

Voto femenino

El equipo de Trump la utilizó cada vez más como la persona indicada para transmitir el mensaje político del entonces candidato.

Como empresaria exitosa y madre de tres hijos, Ivanka apeló especialmente a las votantes femeninas que pudieran estar desencantadas por algunos de los comentarios de Trump sobre las mujeres.

En este sentido, Ivanka ha defendido a su padre de quienes lo acusan de sexista y misógino.

Le dijo a The Sunday Times Magazine que su padre siempre ha sido un defensor del feminismo y que esa es la razón por la que ella es la mujer que es actualmente.7.JPG

En un discurso de julio dijo: “Las familias estadounidenses necesitan un respiro”.

“Las políticas que les permiten a las mujeres con niños prosperar no deberían ser novedosas sino la norma. Los políticos hablan sobre equiparar salarios pero mi padre hizo de esto una práctica común en su empresa a lo largo de toda su carrera”.

Sus ideas sobre la baja maternal han ido calando en el presidente electo.

Donald Trump declaró en un mitin en Iowa: “Ella es la que ha estado insistiendo en esto duramente: ‘Papá, papá, tenemos que hacer esto’ “.

“Es muy inteligente y tiene razón”.

Uso de redes sociales

Ivanka es más cauta que su padre cuando se trata de las redes sociales.

“Mientras su padre usa Twitter como un lanzador de granadas, ella se esmera con sus muy cuidadas redes sociales, que son notablemente apolíticas, como herramientas de marketing para el emporio Trump”, escribió Vanity Fair.

Comparte fotografías personales de su familia y citas inspiradoras en su cuenta de Instagram, en la que tiene 1.5 millones de seguidores.

En comparación, la futura primera dama Melania “sólo” tiene 12 mil 500 seguidores.

Importantes amistades

Quizá Hillary y Bill Clinton hayan sido eliminados con Photoshop de las fotografías de boda de Donald y Melania Trump pero Ivanka es todavía amiga de Chelsea Clinton.

Al parecer tuvieron una “pausa de la amistad” durante la campaña electoral.

“Somos cordiales”, le dijo Ivanka a la revista People y añadió: “Sin duda hay una enorme intensidad alrededor de nuestras vidas ahora mismo”.

Temor por conflicto de intereses

La interferencia entre los negocios y la presidencia de Trump despierta el recelo de quienes advierten sobre un posible conflicto de intereses.

El primer ejemplo no tardó en llegar.

Apenas 10 días luego de la victoria electoral de Trump, la marca de joyas de Ivanka se vio envuelta en una polémica por un asunto de publicidad.

En la entrevista que Trump y familia concedieron al programa 60 Minutes del canal CBS, Ivanka lució una pulsera valorada en US$10 mil 800.

La empresa de Ivanka aprovechó la ocasión para hacer publicidad del brazalete en un mensaje dirigido a periodistas y posibles clientes.

Tras el escándalo generado, la firma se disculpó por haber hecho mercadeo con la joya.

¿Futura política?

Ya en agosto el canal local First Coast News le preguntó a Donald Trump qué mujeres pondría en su gabinete si fuera elegido presidente.

Contestó: “Tenemos tantas para elegir. Todo el mundo diría, ‘pon a Ivanka, pon a Ivanka’ “.

No tiene experiencia política pero tampoco la tiene Trump, así que es posible que termine en su círculo interno en la Casa Blanca.

Cuando la revista Cosmopolitan le preguntó si se presentaría a la presidencia algún día, contestó que no lo descartaría.

“No lo creo, pero en la vida he aprendido que nunca hay que decir que no. Limita mucho”.

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