En octubre pasado, la Fiscalía de Delitos contra el Ambiente del Ministerio Público comenzó una pesquisa luego que vecinos de la represa Santa María de Jesús, Zunil, Quetzaltenango avisaron que el río fue contaminado con una sustancia que dejó un color rojo en el afluente.
“Ese escándalo del color rojo provocó preocupación, particularmente en las personas que son radicalmente religiosas, porque pensaron que venía una maldición parecida a la del río Nilo —relatada en la Biblia—”, precisó Samuels cuando se enteró de lo ocurrido.
De acuerdo con el ministro, implementarán las acciones de cierre y sanción en los próximos días, luego de agotar el procedimiento legal.
Mininistro Samuels anuncia multa y cierre para tres textileras por verter colorante en el río Samalá. pic.twitter.com/dXx4GO9XpC
— Ministerio Ambiente (@marngt) November 21, 2016
Inspección
El funcionario llevó a cabo un recorrido por la orilla del río Samalá luego de recibir las denuncias.
“Había varias tintorerías artesanales a nivel familiar que estaban depositando no solo las aguas residuales con tintes, sino también con desechos químicos peligrosos para la biodiversidad del río”, aseveró el funcionario.
Samuels refirió que al menos cinco empresas familiares fueron localizadas. “Recuerdo el nombre de tres de ellas: está la fábrica Cantel, la tintorería Otoniel y Representaciones Persa”, dijo Samuels.
El funcionario agregó que se logró establecer que estas pequeñas empresas “no tenían estudio de impacto ambiental” y como primera medida se les requirió un diagnóstico de impacto.