“El Ministerio de Trabajo y la Dirección General de Migración de Guatemala no controlan la forma en que los campesinos cruzan el río Suchiate, en San Marcos, y se internan en territorio mexicano en busca de un trabajo”, señaló.
Un contratista de jornales, que por seguridad omitió su nombre, comentó que ellos solo reclutan a los jornaleros que viajan con su familia y son entregados a los administradores o propietarios de las fincas, quienes deciden por cuánto tiempo los contratan y el salario que les asignan.
Denuncia
Ramón Verdugo Sánchez, coordinador de Todo por Ellos, expuso que esa situación es aprovechada por finqueros mexicanos, lo que se agrava por la apatía y debilidad de la Procuraduría General de Justicia del Estado de México (PGJE), la Comisión Nacional de Derechos Humanos y el Sistema para el Desarrollo Integral para la Familia, de ofrecer mayor control en la fincas de café y banano, porque algunos son explotados sexualmente.
“Es lamentable que las autoridades mexicanas no controlen la trata de personas”, dijo Verdugo.
Añadió que Todo por Ellos denunció esa violación a los derechos humanos ante la PGJE.
Recordó que este año el Instituto Nacional de Migración ha rescatado a 66 menores guatemaltecos en las fincas, cifra que según el dirigente refleja la situación de menores explotados.
Venden golosinas
Ramón Verdugo, coordinador de Todo por Ellos, alertó también a las autoridades de derechos humanos de México sobre la cantidad de niños vendedores en Tapachula, pues gran parte es de nacionalidad guatemalteca.
“Hay niños de entre 8 y 9 años, todos migrantes que se dedican a la venta de golosinas en el parque central”, dijo.