El jueves 24 de noviembre —que para la tripulación es un día de trabajo normal, mientras que en Estados Unidos es asueto—, Kimbrough calentará porciones de pavo en tajadas, camote acaramelado y pastel de cereza y arándano.
Agregará agua a las bolsas de pan de maíz deshidratado, judías verdes y hongos, y puré de papas.
El control de la misión promete transmitir partidos de fútbol americano en vivo.
Será el segundo Día de Acción de Gracias en el espacio para Kimbrough y el tercero para la astronauta estadounidense Peggy Wilson, quien arribó el sábado último.
Un francés y tres rusos completan la tripulación.
Trump
En tanto, cuando Donald Trump llegue a su complejo vacacional Mar-a-Lago para el Día de Acción de Gracias, no será la primera vez que un presidente electo haya pasado sus vacaciones en Palm Beach.
Será el segundo Día de Acción de Gracias en el espacio para Kimbrough y el tercero para la astronauta estadounidense Peggy Wilson, quien arribó el sábado último.
La finca de John Kennedy, conocida durante su período como la Casa Blanca de Invierno, está a 11 kilómetros al otro lado de la calle Ocean Drive.
Al igual que las visitas de Kennedy, los viajes de Trump a Palm Beach llamarán bastante la atención, a veces no requerida, a su enclave lujoso de cerca de 10 mil personas, cifra que se triplica en invierno.
Las veces que el presidente se quede allí, se cerrarán las calles y se incrementará la seguridad cada vez que la caravana de agentes del Servicio Secreto, asistentes políticos, periodistas y personal médico llegue y salgan de Palm Beach.
La comunidad yace en una isla estrecha y larga que sirve como barrera y tiene calles angostas y solo tres puentes a tierra continental.
En 1960, un futuro asesino trató de matar allí a Kennedy.
Pero contrario a lo ocurrido con Kennedy, el Gobierno no tendrá que construir un refugio antibombas para Trump porque él ya tiene tres.