Guatemala, Honduras, Bolivia Paraguay y Perú están entre las peores posiciones en el ránking, todos ellos esparcidos entre países de Africa subsahariana y por debajo de algunos en los que hay conflictos internos latentes, como Birmania, o explícitos, como Yemen.
Colombia, en el puesto 96, República Dominicana, 95 y Brasil, 94, son los otros países peor posicionados.
El ránking comprende indicadores como los recursos que un Estado asigna para la seguridad interna y si éstos son utilizados de manera eficiente, así como la percepción de la ciudadanía sobre la policía.
Estudio
La investigación, que ha tomado dos años de mediciones y sondeos a la Asociación Internacional de Ciencias Policiales y al Instituto para la Economía y la Paz, señala que los países donde hay una democracia plena tienden a ser los que obtienen mejores resultados en seguridad interna.
El índice está encabezado por Singapur, un país multi-étnico con una gran estabilidad política y económica, y que desde su fundación hace medio siglo dio extrema importancia al orden y a la seguridad interna.
Todos los países ubicados en las primeras veinte posiciones son europeos -con excepción de Australia, Nueva Zelanda, Canadá y Japón- y de los que España ocupa el décimo noveno lugar.
Por regiones, Africa subsahariana presenta los peores resultados, pero varios países latinoamericanos aparecen en el listado entre los países africanos.
Venezuela es el peor posicionado al ubicarse en el lugar 119 de 127 países evaluados, en un índice que excluye a los países donde hay conflictos de larga duración.
“La situación de seguridad interna en Venezuela se está degradando, sabemos que es probable que la tasa de homicidios suba significativamente y pensamos que ahora es de 50 por cada 100.000 habitantes, lo que es increíblemente elevado”, dijo a Efe el director de investigación del Instituto para la Economía y la Paz, Daniel Hyslop.
Sólo un lugar por encima de Venezuela se encuentra México, donde el analista mencionó el fuerte aumento del crimen organizado, como una de las principales manifestaciones de las deficiencias de los cuerpos de seguridad.
“Los carteles perpetran secuestros y en ciertas ciudades hay casi impunidad total. En estas circunstancias aumenta el subregistro (de casos), ya que la gente tiene miedo de denunciar. Esto nos hace pensar que el subregistro de los secuestros en México es muy alto”, comentó.
Hyslop explicó que, de manera general, los problemas relativos al Estado de Derecho y la inestabilidad política generan espacios para la aparición o el avance del crimen organizado.
“Los entornos altamente volátiles e inestables incentivan la corrupción y el pago de sobornos a la policía”, agregó el académico.
De otra parte, “cuando hay fuertes aumentos de las tasas de homicidio, así como presencia del crimen organizado y de terrorismo, muchas veces las principales víctimas son los propios policías, que son impedidos así de cumplir sus funciones plenamente”, comentó.
También se analizan las tasas de homicidio, de robos y asaltos, así como de víctimas de terrorismo, los niveles de corrupción y el respeto de los derechos humanos por parte de las entidades policiales.
Sin embargo, Hyslop precisó que la existencia de altos números de policías, fuerzas armadas y de agentes privados de seguridad no garantizan resultados buenos, si estos cuerpos no gozan de legitimidad frente a la población.