Aliados
Bascom Jones se alió originalmente con Searcy & Pfaff, Ltd, una reconocida imprenta de la época, establecida en Nueva Orléans, y tuvo la visión de fundar Latin American Boureau, desde la cual promovió su idea insignia: los libros azules.
El resto de las actuales repúblicas centroamericanas y naciones como Colombia (1918) y Haití (1919-1920) fueron seducidas por la idea. La imprenta estadounidense, eventualmente, dejó de publicar cerca de la década de 1940, para entonces la editorial de Bascom Jones había dejado de producir hacía casi 20 años. Cerca de 1920 dejó de trabajar y el libro para Haití, quizá el último de esta, fue impreso en otra compañía, la Klebold Press, ubicada en Nueva York.
William T. Scoullar fue el editor asociado de Bascom Jones en las primeras obras, ambos se auxiliaron localmente de expertos. En en el país su apoyo editorial fue el poeta Máximo Soto Hall (1871-1943), quien tuvo a su cargo también la investigación del contenido.
Militar
Se sabe poco acerca de Bascom Jones. Hay cierta información dispersa en periódicos y en los prólogos de los libros que editó.
En la edición del 30 de noviembre de 1902 el periódico The San Francisco Call, lo menciona en una nota del New York Times, un día antes, relacionada con la investigación del asesinato del estadounidense William Fitzgerald ocurrido en Guatemala, a quien le disparó Godfrey Hunter Jr. Se cita que “el coronel J. Bascom Jones”, es “ahora el general mayor de artillería del ejército de Guatemala”. El acusado era hijo de Godfrey Hunter, ministro estadounidense delegado en el país. El editor y Fitzgerald fueron compañeros en asignaciones por Centroamérica, según la nota.
Su experiencia como delegado militar le permitió establecer contactos con los diferentes gobiernos, lo que le facilitó presentar su propuesta editorial.
Publicidad
“Los miembros activos de la compañía editora sabían bien las ventajas que ofrecían las repúblicas centroamericanas, ventajas y recursos nada conocidos entonces por el pueblo de los Estados Unidos. Organizóse [sic] la oficina de publicidad y al punto se iniciaron sus labores: una propaganda muy activa para cuando se abriera el Canal (de Panamá, en 1914)”, extrae del Libro Azul de El Salvador (1916) la investigadora Patricia Vega Jiménez, quien en Centroamérica en oferta, los libros azules, estudió el contenido de los libros de Guatemala, Costa Rica y El Salvador
Vega Jiménez cita a Asa Briggs y Peter Burke autores de De Gutenberg a internet. Una historia social de los medios de comunicación: “Para 1914 la publicidad en los Estados Unidos se había convertido en una boyante industria. En 1881 se gastaron en ese país US$40 millones, al despuntar el siglo XX la cifra asciendió a US$140 millones y, en 1916, superó los mil millones de dólares”. Ante ese éxito, “valía la pena innovar en ese campo, no solo ofreciendo nuevos servicios y bienes, sino también promocionando países. La coyuntura era la adecuada para poner a funcionar la empresa”, destaca.
Históricos
Estos libros, con una primera intención de estímulo comercial, son a un siglo de culminadas, obras que representan un valioso aporte histórico del Istmo. El guatemalteco consta de 406 páginas y es una edición bilingüe (inglés y español), un formato que se observa en el resto de las obras.
“No se escriben simultáneamente en todo el Istmo. Entre 1915 y 1916 aparecen los de Guatemala, Costa Rica y El Salvador. Para el tomo referente a Honduras, hubo que esperar casi una década, y no se han logrado hallar los correspondientes a Nicaragua y Panamá”, indica la investigadora.
“Los libros azules son una especie de híbrido entre revista, libro y guía comercial. ¿Por qué el nombre de libros azules?”, se pregunta Vega Jiménez. En su trabajo acota: “No hay una respuesta definitiva pero podría tener relación con la Bibliothèque Bleu (biblioteca azul) como se le denominaba en Francia, por alusión a la encuadernación de los folletos en el tosco papel azul que se utilizaba para envolver el azúcar. Sus temas principales eran las vidas de santos y novelas de caballería consumidos tanto por nobles como por campesinos. Especulando podría ser que se llamen azules para simbolizar la sangre de los notables centroamericanos que se destacan en estos textos”.
Guerra
Los planes publicitarios de Bascom Jones y Scoullar “se ven suspendidos al comenzar la Primera Guerra Mundial. Para 1916 habían logrado editar los libros azules de Guatemala, El Salvador y Costa Rica más un mapa centroamericano”, los otros, fueron trabajos esporádicos solicitados por Haití y Colombia.