Carlos Damián, líder católico de Santiago Atitlán, señaló que Rother dejó un legado importante, como la traducción del Nuevo Testamento al tz’utujil, así como el libro Oraciones del pueblo, que hasta ahora es utilizado por grupos parroquiales.
“Recordamos la frase que siempre decía, ‘ Por mí mismo soy cristiano, por los demás soy sacerdote’; además, oficiaba la misa en tz’utujil”, añadió.
María Teresa Coché, lideresa del municipio, recuerda que el padre Apla’s llegó a Attilán cuando tenía 33 años y se incorporó junto a cinco sacerdotes a la Diócesis de Sololá-Chimaltenango.
Añadió que en ese entonces el religioso bautizaba a unos mil niños al año y administraba unas tres mil comuniones semanales. Explicó que entre sus gestiones está la creación del Hospitalito Attilán, en el cantón Pajabaj, Panabaj, una clínica en la Parroquia de Santiago Atitlán, mejoramiento y reparación del convento parroquial y apoyo a agricultores.
Miguel Coché, otro líder comunitario, manifestó que la guerra en Guatemala fue bastante dura y afectó drásticamente a Santiago Atitlán, por lo que se hicieron —a Apla’s— varias recomendaciones para evitar el peligro, pero él decía que el pastor no debe huir y que la gente lo necesitaba.
Noche trágica
La noche del 27 de julio de 1981, tres individuos tocaron la puerta de la habitación del jardinero de la parroquia, quienes le exigieron que les indicara dónde estaba del religioso y bajo amenaza de muerte lo reveló. Minutos después se escucharon varios balazos, los cuales segaron la vida del estadounidense, según el relato de líderes de la iglesia local.
Recuerdo imborrable
La labor de Apla’s en la comunidad hizo que su recuerdo sea imborrable, por lo que los habitantes consideran que la decisión del Papa les da mucha satisfacción.
“No nos olvidamos de él, pues siempre amó al municipio y ahora merece ser declarado mártir. El amor por él es tan grande que su habitación, con las manchas de sangre, permanece intacta, por lo que esperamos que sea beatificado”, señalaron feligreses.
La declaración del martirio allana el camino para la beatificación de Rother. A diferencia de los candidatos regulares, los mártires no necesitan un milagro certificado por el Vaticano atribuido a su intercesión para que sean beatificados; sin embargo, es necesario certificar un milagro para que sea declarado santo.
Francisco ha dejado claro que cree que los sacerdotes asesinados durante las dictaduras derechistas de América Latina murieron por intolerancia religiosa.