La Academia sueca, que espera un discurso de aceptación, tradicionalmente más largo, dijo que no sabía si el músico aprovecharía su viaje para los conciertos programados en Estocolmo el 1 y 2 de abril, y el 9 en Lund (sur).
“Debe pronunciarlo, es la ocasión, pero no sabemos nada”, dijo uno de sus miembros, Per Wästberg.
Wästberg había tildado a Dylan de “maleducado y arrogante” por su silencio tras el anuncio del premio, pero la secretaria permanente de la venerable institución, Sara Danius, le había respondido que había “obtenido respuestas muy amables” del entorno del cantante.
La decisión del artista de no asistir a la ceremonia fue ampliamente debatida en Suecia, donde se interpretó como un repudio a la Academia sueca y a la Fundación Nobel.
La embajadora de Estados Unidos en Suecia, Azita Raji, la encargada de leer el texto en que Bob Dylan se declaró “honrado”. “Si alguien me hubiera dicho un día que tenía alguna posibilidad de ganar el premio Nobel, habría pensado que tenía tantas posibilidades como de ir a la luna”, afirmó.