El Congreso preservó y reprodujo prácticas como el transfuguismo, explicó el doctor en Sociología Política Manuel Villacorta, en el análisis político del año.
– ¿Cuál es el balance que hace del primer año del gobierno de Jimmy Morales?
El sistema de gobierno de Guatemala es presidencialista, y hay una interdependencia muy grande entre los tres organismos.
Se hace latente, necesaria y urgente una reforma estructural del Estado; esto pasa por los tres organismos del Estado,
El presidente Morales recibió un gobierno en bancarrota y una crisis socioeconómica grande. Pero el gobierno del presidente Morales, con mucha pena, puede ser calificado como un gobierno inexperto e improvisado.
– ¿Por qué lo dice?
Lo sustento por la inexistencia de un plan de gobierno y, por lo tanto, de una agenda de Estado.
También lo sustento por la manutención de un Gabinete mayoritariamente inexperto.
El gobierno ha tenido éxito en dos únicas áreas, la de la seguridad ciudadana, la cual está manejada por el ministro de Gobernación, Francisco Rivas, y el área de recaudación fiscal, manejada por Juan Francisco Solórzano.
– Él se vendió como alguien diferente a la “vieja política”. ¿Cumplió con las expectativas?
No, por el contrario. La población tenía reservas sobre esas expectativas, y esa reserva fue finalmente la que prevaleció, porque la corrupción ha persistido, las prácticas políticas tradicionales como el transfuguismo, la compra de diputados por parte incluso de su partido ha persistido, de tal manera que las propuestas originarias que ofreció durante su campaña, penosamente hay que decirlo, también se han desvanecido, y hay desencanto y frustración social al respecto.
– ¿Cuál debe ser la ruta?
Primero, el presidente Morales debe sustituir a la mayoría de los ministros, nombrando expertos y capaces, en el 2017.
Segundo, él debe mostrar valentía y compromiso con el proyecto orientado a la transformación del sistema judicial y justicia en el país, y tiene que fortalecer sus relaciones con todas las organizaciones sociales.
Es un presidente que está divorciado de las organizaciones sociales, no las escucha.
– ¿Cómo vio este año para el Legislativo?
El Congreso de la República reproduce un modelo perverso en donde prevalece el transfuguismo y la gestión de intereses personales, sectoriales, corporativos, y no la gestión de los intereses sociales.
– ¿Y a Mario Taracena?
Creo que el presidente del Congreso Mario Taracena, por la madurez política que ha ido alcanzando, determinó con objetividad que tenía que comprometerse con los cambios estructurales del país, y desde la perspectiva legislativa lo hizo con éxito.
– ¿Cuáles son las perspectivas del Congreso con la conducción de Óscar Chinchilla?
Óscar Chinchilla es un político experto que ha mantenido un perfil conservador, pero que creo que está comprometido con proseguir los esfuerzos del presidente Taracena.
– ¿Cuál debe ser la agenda legislativa prioritaria?
En el primer trimestre debe haber una muestra de compromiso político acelerando las aprobaciones de las leyes urgentes, dándole prioridad sin duda al proyecto de reforma a la Constitución.
Es un Congreso que debe trabajar por la transparencia interna, debe recurrirse a todos los mecanismos posibles de transparencia para que las viejas prácticas como las plazas fantasmas, la distribución antojadiza y corrupta del Listado Geográfico Nacional ya no se dé.
Debe ser un Congreso que atienda de inmediato el reclamo social, porque si eso no ocurre, si existe el bloqueo sistemático que se ha mantenido, se van a exacerbar los niveles de paciencia social.
– ¿Quiénes promueven ese bloqueo?
Yo diría que el bloqueo sistemático se remite a los partidos políticos tradicionales, originalmente al partido Líder, al Partido Patriota, ahora reciclados y articulados abiertamente con el partido FCN, además de pequeños partidos conservadores como Viva, PAN, UCN.
– Hablando de las reformas constitucionales, no pasó el cambio de antejuicio. ¿Se esperaba?
Sí, era evidente que las fuerzas reaccionarias de Guatemala, en donde hay que incluir grandes empresarios y partidos políticos, iban a oponerse a las reformas a lo que se refiere al derecho de antejuicio, por cuanto eso los hacía vulnerables ante los procesos legales que ya algunos de ellos tienen establecidos.
– En cuanto al partido FCN, ¿cómo lo ve como partido oficial?
FCN es un partido cuantitativamente grande, pero cualitativamente muy débil, que no tiene liderazgos, que se formó coyunturalmente a partir de la incorporación de diputados de partidos anteriores, como PP y Líder.
– ¿Los antejuicios y señalamientos contra diputados de FCN impactan en el presidente?
La sociedad en general identifica perfectamente una relación indisoluble entre el presidente, el partido FCN y los diputados del Congreso.
El pueblo sabe que hay una dirección directa, por lo tanto, todas aquellas acciones incoherentes que realice FCN y sus diputados, tendrán que pasarle un costo al presidente.