El silencio de Rousey coloca a Nunes y los otros peleadores de la cartelera en la incómoda situación de realizar el trabajo sucio para vender el último evento del año de pague por ver de la UFC.
Amanda Nunes.
Rousey es la peleadora más famosa y, junto con el irlandés Conor McGregor, son los dos rostros más rentables en las artes marciales mixtas. Por lo tanto, su regreso al octágono tras su inesperado revés ante Holly Holm debería ser uno de los eventos deportivos más destacados de la época navideña.
En cambio, Rousey (12-1) desapareció de la luz pública tras su derrota, hasta que aceptó volver a pelear por un título ante Nunes (13-4) , quien conquistó la corona en julio.
Thanks for the nightmares, @Amanda_Leoa! 😳 #UFC207 pic.twitter.com/a1oqAekZVd
— UFC (@ufc) December 29, 2016
La decisión de Rousey de limitarse a realizar unas cuantas apariciones en los programas de variedad nocturnos, además de un par de entrevistas breves, obligó a Nunes a cargar con la promoción del evento en Las Vegas, junto con el campeón del peso gallo de hombres, Dominick Cruz, quien enfrenta a Cody Garbrandt.
La brasileña Nunes ha hablado durante horas en todo tipo de entrevistas, y cree que la UFC ha consentido todos los caprichos de su oponente.
“La UFC quiere facilitarle todo, para que no se sienta mal porque no es la campeona”, dijo Nunes.
“Quieren hacerle sentir que no es la coprotagonista. Quieren que yo sea coprotagonista, para que ella se sienta mejor o algo así. Siento que la promocionan para que se sienta más fuerte, como Ronda, Ronda, Ronda, Ronda’. Pero ella sabe que ella es la retadora, y yo soy la campeona”.
IT'S REALLY HAPPENING! SHE'S BACK. #UFC207 @ufc @RondaRousey #NunesVsRousey pic.twitter.com/O6EhZZL9WK
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