BBC NEWS MUNDO

Los héroes anónimos y los villanos que perdimos de vista en el deporte en 2016

Con el 2016 despidiéndose, puede ser un buen momento para relajarse, tomarse un tiempo y recordar a aquellos que hicieron este año digno de ser recordado.

Sea por cosas buenas… o malas. Pero muchos de ellos ya han recibido aplausos acordes a sus hazañas o rechiflas por sus desaciertos, por eso en BBC Mundo queremos ir un poco más allá: revisar quiénes fueron los héroes de anónimos del deporte y los villanos olvidados que dejaron una huella en 2016.

Vamos a comenzar con los aplausos.

Los héroes anónimos.

Fu Yuanhui

La nadadora china Fu Yuanhui merece todo nuestro reconocimiento por dos entrevistas que dio en los Juegos Olímpicos de Río 2016.
En ambas intervenciones, la nadadora mostró el rostro dramático de la competencia deportiva: la intensa lucha por vencer, casi a cualquier costo.

La primera intervención memorable fue la alegre reacción cuando alcanzó la final de los 100 metros espalda.

“¿En serio? ¿Fui así de veloz? No esperaba hacerlo tan rápido. Utilicé todos mis poderes místicos para lograrlo”, dijo en una entrevista.

En la final llegó en tercer lugar, colgándose la medalla de bronce.

Pero lo más llamativo fue su reacción de incredulidad y felicidad por lo que había conseguido, que quedó grabado en la memoria de quienes vieron la repetición de la entrevista por las redes sociales.
Y en su segunda salida, cuando quedó ubicada en el cuarto lugar de la final de relevos 4×100, los periodistas le preguntaron si estaba bien. Y la honestidad de la china se ganó de nuevo el corazón de los seguidores del deporte.

“Me duele un poco el estómago. Justo ayer tuve mi periodo y me siento un poco débil, pero eso no es excusa para lo que ocurrió hoy”, dijo la atleta.

De esa manera Fu Yumhui puso sobre el tapete uno de los temas tabú en el deporte: la menstruación.

Los hermanos en la victoria

En los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, los hermanos británicos Jonathan y Alistair Brownlee se destacaron en la prueba de triatlón.

Alistair fue el ganador de la medalla de oro y su hermano se quedó con la de plata.
Sin embargo, el momento más dramático y emotivo llegó en el campeonato mundial de la disciplina, que disputaron en septiembre en Cozumel, México

Se desarrollaba la prueba final y Jonathan lideraba la carrera con facilidad. Hasta un kilómetro antes de la meta, cuando sus piernas comenzaron a colapsar.

Detrás de él venían su hermano Alistair y el sudafricano Henri Schoeman. Alistair, al ver el estado de su hermano que se desplomaba sobre el asfalto, lo recogió del suelo y lo llevó hasta la línea final.

Jonathan necesitaba ganar la carrera y que su principal rival, el español Mario Mola, no llegara en tercer lugar.

Pero a pesar del empeño y lealtad de su hermano, Jonathan no logró su objetivo y Mola se coronó campeón mundial. Aunque dijo: “No era la forma en que quería ganar el título”.
Por su parte, después de recuperarse en un hospital, el corredor británico envió un mensaje:

“No fue la forma en la que quería terminar la temporada, pero lo di todo de mí”, escribió junto a dos fotos, una de él en la cama del hospital y otra en la que hacía referencia a su hermano bajo el mensaje “haciendo historia juntos”.

“Gracias Alistair por tu lealtad, es increíble”.

Fotográfo para la historia

¿Cómo capturar la esencia del que es considerado uno de los mejores atletas de todos los tiempos, cuya enorme capacidad física sólo es comparable con el tamaño de su personalidad?
Bien, el fotógrafo australiano Cameron Spencer logró acercarse bastante.

Lo hizo en la semifinal de los 100 metros planos de los Juegos Olímpicos.

En esa ocasión Usain Bolt hizo un tiempo de 9,84 segundos, pero llegó a la meta bromeando junto a su rival, el canadiense Andre de Grasse.

Esa sonrisa quedó perfectamente registrada en la imagen que captó Spencer, que resulta ser una combinación de barrido, velocidad y competencia.

“Ese fue el hombre más rápido en Río de Janeiro, haciendo lo que mejor sabe hacer, correr más rápido que nadie sobre el planeta en la historia, y con una sonrisa en el rostro”, dijo Spencer.

Ahora, las malas noticias: el recuerdo de los villanos.

Ray Lochte

El nadador estadounidense Ray Lochte ha vivido la mayor parte de su carrera deportiva a la sombra del gigante Michael Phelps.
Y mal no lo ha hecho: Lochte ha ganado 12 medallas de oro bajo esa sombra.

2016 fue el año en que los medios siguieron de cerca a Lochte, pero por las razones equivocadas.

Él y tres amigos salieron de fiesta en Río de Janeiro durante los días de competencia de los Juegos Olímpicos. Allí, tuvieron un encuentro con un integrante del equipo de seguridad de una gasolinera que portaba un arma.

Algo normal dentro de la rutina de muchos países del mundo con altos índices de inseguridad, como Brasil. Sin embargo, Lochte le contó a su madre que había sido asaltado con una pistola por la policía. Y el escándalo se prendió en los medios.

Pero poco a poco los detalles fueron saliendo a la luz y enredando el relato. Y un video de las cámaras de seguridad terminó revelando lo que en realidad había ocurrido esa noche, lo que dejó en evidencia la mentira de Lochte.

Sin embargo, el mayor pecado de Lochte fue huir del país dejando a sus otros compañeros para hacer frente a la investigación de las autoridades brasileñas.

El niño malo del tenis

El deporte de competencia se basa en un concepto básico: querer ganar, claro.
Si eso no ocurriera, ¿para qué ver partidos enteros de todos los deportes que se reparten la planilla de programación televisiva?

Bien, el tenista australiano Nick Kyrgios se olvidó de eso en el abierto de Shangái: tiró incontables servicios a la red, se salió del campo antes de que acabara el partido y sencillamente mostró que le importaba poco vencer a su rival, Mischa Zverev.

El tenista de 21 años señaló que estaba agotado por la larga temporada, pero la ATP lo multó con US$25.000 y una suspensión por ocho semanas.

Ahora, más allá de su comportamiento problemático, Kyrgios es sin duda uno de los grandes talentos del tenis mundial.

Hope Solo

La famosa portera del equipo estadounidense de fútbol, Hope Solo, no la pasó bien en los Juegos Olímpicos.
Primero fueron sus fotos cubiertas por una máscara-mosquitero mientras sostenía un insecticida en la mano, en una clara referencia al virus del Zika que afecta todavía a Brasil y que se disemina a través de un mosquito.

Eso no cayó bien en los fanáticos brasileños, que le gritaron “¡Ziii-kaa!” cada vez que ella tocaba el balón en las competencias.

Pero en el terreno de juego tampoco le fue muy bien, a decir verdad.

Estados Unidos fue eliminado en los cuartos de final por Suecia. Y volvió la arremetida: “Son una pandilla de cobardes”, dijo en referencia al estilo de juego defensivo de las rivales suecas, y terminó multada por la organización del fútbol de su país.

ESCRITO POR:

ARCHIVADO EN: