“El mecanismo de este virus ha sido un verdadero misterio”, reconoció el investigador principal del estudio, Richard Zhao, profesor de Patología en la Universidad de Maryland.
“Estos resultados nos dan una visión crucial sobre cómo el zika afecta a las células. Ahora tenemos algunas pistas realmente valiosas para futuras investigaciones”, añadió el científico.
Para realizar su estudio, el doctor Zhao y su equipo separaron las 14 proteínas que contiene el virus del zika, así como sus péptidos, es decir, las moléculas formadas por la unión covalente de dos o más aminoácidos.
Entonces, los científicos confrontaron las 14 proteínas con las células de una especie de levadura, conocida en inglés como “fission yeast” y que en los últimos años se ha convertido en un método común para desentrañar cómo los patógenos (microorganismos que originan una enfermedad) afectan a las células.
Gracias a ese innovador método, los científicos consiguieron ver que siete de esas 14 proteínas del virus del zika eran especialmente peligrosas porque habían dañado a las células de la levadura de alguna manera, al matarlas directamente, dañarlas de alguna forma o inhibir su crecimiento.
El grupo de investigadores tiene pensado continuar trabajando en el virus del zika con el objetivo de entender mejor cómo esas siete proteínas dañinas interactúan con las células del cuerpo humano.
Transmitido por mosquitos del género Aedes, el mismo que porta el dengue y el chikunguña, el virus del zika provoca síntomas leves entre la mayor parte de infectados, como fiebre no muy elevada, dolor muscular y en articulaciones, así como sarpullidos y conjuntivitis.
No obstante, el mayor temor que ha despertado este virus en el último año está relacionado con su relación con casos de microcefalia, es decir, bebés que nacen con una cabeza más pequeña de lo normal y que pueden sufrir daños neurológicos.
El virus del zika, que fue descubierto en 1947 en el bosque Zika de Uganda, también ha sido relacionado con el síndrome Guillain-Barré, un trastorno neurológico cuyos efectos pueden variar desde una sensación de debilidad en las piernas hasta parálisis o incluso la muerte.