Al examinar con resonancia magnética cerebros de niños y de adultos, los investigadores descubrieron que la zona de la corteza cerebral que aparentemente juega un papel clave en el reconocimiento de las caras, -llamada giro fusiforme-, continuaba creciendo hasta la edad adulta.
Esto explicaría por qué los adultos reconocen mejor las caras que los niños, revelaron los autores de este estudio, presentado en la revista estadounidense Science y realizado con 47 personas (22 niños de 5 a 12 años y 25 adultos de 22 a 28 años).
Los investigadores determinaron que los adultos tenían proporcionalmente un 12.6 por ciento más de materia cerebral en el giro fusiforme que los niños.
Kalanit Grill-Spector, profesora de psicología del Instituto de Neurociencias de la Universidad de Stanford, subrayó que antes los científicos pensaban que la formación del cerebro se producía solamente durante la infancia y la adolescencia, pero en lo que se refiere al giro fusiforme, esta formación va más allá.
Esta parte de la corteza cerebral es única en los humanos y los grandes primates. Los científicos también examinaron otras zonas del cerebro implicadas en el reconocimiento de los lugares, pero su tamaño no variaba con la edad.
Para Grill-Spector, este descubrimiento facilitará la comprensión de ciertos aspectos del envejecimiento y de las dificultades de algunas personas para reconocer caras. Según este estudio, uno de cada 50 adultos estaría afectado por este problema.
También podría ser útil para estudiar el trastorno en el rango del autismo, que puede afectar la capacidad de reconocer las caras.
Estas observaciones han sido corroboradas por un equipo del Centro de investigación de Jülich en Alemania, que trabajó con tejidos de la misma parte de la corteza cerebral provenientes de cadáveres.
Los investigadores llegaron a extraer estructuras celulares que mostraban que las del giro fusiforme de los adultos eran más grandes.