Piglia, nacido el 24 de noviembre de 1941 en la localidad bonaerense de Adrogué, era considerado uno de los mejores exponentes de la nueva época narrativa argentina y entre los últimos galardones que recibió por su trayectoria se encuentra el Premio Iberoamericano de Narrativa Manuel Rojas (2013) y Premio Formentor de las Letras, en septiembre de 2015.
El también editor, crítico y profesor universitario había confesado en una entrevista que acababa de terminar un libro de cuentos y trabajaba en otro sobre las novelas cortas del uruguayo Juan Carlos Onetti.
Además, revisaba el tercer y último volumen de Los diarios de Emilio Renzi, su autobiografía, de la que publicó el segundo tomo el pasado año.
En sus páginas recorre en tercera persona a través de su álter ego, el autor Emilio Renzi (el segundo nombre y el segundo apellido de Piglia), medio siglo de su vida, que registró en los diarios en los que comenzó a apuntar, redactar y garabatear en 1957, cuando tenía 16 años.
El 24 de noviembre pasado, el autor, que en 1967 publicó su primer libro de relatos, La invasión y cuya obra llegó al cine gracias a la película Plata quemada (Marcelo Piñeyro, 2001) basada en su libro homónimo, cumplió 75 años rodeado de la “calidez” de sus amigos.
Tal y como reconoció, la literatura le permitía “seguir vivo” después de que en 2013 le diagnosticaran el ELA, un mal que afecta a la movilidad pero no a las facultades mentales y que provocó que en sus últimos tiempos necesitase de apoyo básico para leer y trabajar.
“La enfermedad me ha hecho descubrir la experiencia de la injusticia absoluta. ¿Por qué a mí?, se pregunta uno, y cualquier respuesta es ridícula. La injusticia en estado puro nos hace rebelarnos y persistir en la lucha”, dijo Piglia.
En 2015 el cineasta Andrés Di Tella dirigió el documental “327 cuadernos”, con el que el escritor colaboró estrechamente.