“Cuando me propuso el PMA esta cena, no lo pensé dos veces, porque quiero ser un eslabón en la cadena para cambiar la conciencia de los guatemaltecos, dejar de pensar solo en mí, sino en los que más lo necesitan. Muchos guatemalecos no viven sino sobreviven con pocos alimentos. Celebramos esta cena para hacer conciencia de la gente que no tiene qué comer hoy”, indicó el chef Quintana.
Antes de la cena, se repartió entre los asistentes una tortilla con sal, como representación de lo único que se llevarían a la boca muchos connacionales al caer la noche. Quintana le apuesta a la cocina artesanal, con productos orgánicos adquiridos de pequeños productores.
Mario Touchette, representante de PMA Guatemala, indicó que han ayudado a unos 500 mil guatemaltecos de Jutiapa, Chiquimula y Baja Verapaz a implementar un huerto familiar para sembrar alimentos como pepino, rábano, ayote, hierbas y camote, para que su dieta pueda ser diversificada y mejorada, puesto que sus única alimentación, muchas veces, consiste en frijol y tortilla. Pese a que esta es una buena combinación de proteínas, es insuficiente para proveer de nutrientes necesarios para el organismo.
El PMA hace énfasis en que se cubran las necesidades nutiriconales de embarazadas, madres que amamantan, bebés lactantes y niños.
A Quintana se le impuso el reto de crear platillos con alimentos locales de bajo costo del corredor seco, donde se ha registrado las tasas más altas de desnutrición, pero logró cumplir con las expectativas, puesto que la combinación de sabores conquistó el paladar de los invitados. Las entradas del menú fueron tiraditos (cucharas) de pescaditos secos con crocante de pepitoria y aguacate; tiradito de piloyada; tiradito confitado en Zacapa Centenario y té chai con crocante de pepperoni y queso de cabra.
La crema fue elaborada con ayote tierno y queso fresco, y también se degustó un cebiche de habas concassé de tomate y aguate. El plato fuerte fue un souflée de hojas variadas y mousse de chipilín, ravioli relleno de queso fresco y salsa de flor de calabaza o de chile pasa verde y pechuga de pollo en recado de tamal a la piedra.
Como culminación de estas delicias, los asistentes disfrutaron del postre chuen de los monos, elaborado con alimentos que se encuentran en todas las selvas del mundo, como banano, chocolate y coco.