¿Cómo surge el tema?
La canción nace por las movilizaciones que se han dado a través de la historia, de los pueblos indígenas y las que provocaron la renuncia de Otto Pérez Molina y contra la corrupción en Guatemala.
También trata de recordar un poco la historia de mi comunidad, del sufrimiento y de la ausencia. Es una forma de conocer el lugar donde vivimos y esa historia que se nos ha negado; es para reflexionar.
También es una forma de agradecer…
Agradecer a una lucha que los abuelos y las abuelas han tenido durante tanto tiempo. La lucha por sus ideas y su pensamiento. Es también recordar a todos aquellos que trascendieron a esta vida. Es una canción a pesar de todo, de gozo y conmemoración.
Música e historia para reflexionar, parece una mezcla necesaria…
Es otra forma de dar a conocer lo que nos ha tocado vivir y claro, entender por qué estamos así como país. Falta mucho por aprender de nosotros, de comprender a la guerra en Guatemala y una forma de hacerlo puede ser a través de la música.
¿Qué más trae esta producción?
Esta es particular porque incluye un video dirigido por la cineasta estadounidense Pamela Yates, reconocida por sus documentales enfocados a los derechos humanos. Ella dirigió Cuando las montañas tiemblan (1983), un documental sobre la guerra en Guatemala en el que participa Rigoberta Menchú, Premio Nobel de la Paz de 1992.
¿Cómo fue trabajar con Pamela Yates?
La conocí en Nueva York, cuando me presenté en las Naciones Unidas, y se interesó en mi música. Llegamos a un acuerdo para que mi canción Hijas e hijos de la Tierra se usara con imágenes para su filme 500 años, que aborda la resistencia y el juicio por genocidio en Guatemala.