Tenía 17 años cuando decidió practicar deporte en la Academia Militar de Nueva York, a la que fue llevado por sus padres a los 13 años por problemas de comportamiento.
El balompié y el futbol americano, así como el baloncesto lo cobijaron, aunque él se destacó notablemente como lanzador de béisbol, uno de los favoritos de los norteamericanos.
- “Sabía que Estados Unidos era racista, pero no tanto. Y no tenía ni idea de que era así de sexista. Debería darnos vergüenza”. Martina Navratilova, extenista.
Antes de cumplir 20 años continuó dedicándose a los deportes. Practicó futbol. Siempre destacó y sus compañeros lo recuerdan con hambre de “ser el número uno. Ser notado. Reconocido”.
- “Trump será de presidente, el mismo tipo que lo relacionamos con Playboy, el mismo del reality show, qué diablos está pasando…”. Kendall Marshall, jugadore de los 76ers de la NBA.
Así lo recuerda el coronel retirado Ted Dobias en declaraciones para el Washington Post en el 2015. “Incluso entonces, él quería ser el número uno. Él quería ser notado. Él quería ser reconocido. Y le gustaba los cumplidos. Era el pez gordo en el campus. Él trabaja duro”, recalcó sobre Donald Trump.
Los años pasaron, y se convirtió en un reconocido magnate y su relación con la actividad continuó: actualmente despunta el vicio con el golf, a la vez que invirtió en 14 canchas de golf a lo largo y ancho de Estados Unidos.
En 1983 incursionó en el mundo del futbol americano al comprar a los Generales de Nueva Jersey.