Sin embargo no logró salvar a sus hijos, Laura y Balazs, que viajaban en el mismo autobús, al igual que la esposa del profesor, Érika, quien resultó ilesa, informó el domingo a la prensa la cónsul general húngara en Milán, Judith Timaffy.
La diplomática dijo que el matrimonio es consciente de la muerte de sus dos hijos ya que la mujer “vio morir a la hija” y, “aunque había un hilo de esperanza en el caso del hijo, finalmente se ha roto” al no localizarle entre los sobrevivientes.
El profesor, elogiado como un “héroe” debido a su actuación, regresó el domingo en avión a su país junto a su esposa después de recibir el alta por las quemaduras que sufrió en la espalda.
Tragedia
El suceso ocurrió la noche del sábado último, cuando el autobús en el que volvían a Hungría, luego de unas vacaciones en Francia, colisionó contra un pilar en la autovía A4 de Italia a la altura del municipio veronés de San Martino Buon Albergo, cerca de Verona.
A bordo viajaban cincuenta y seis ocupantes de nacionalidad húngara, sobre todo jóvenes alumnos de entre 14 y 18 años acompañados por algunos profesores.
Murieron calcinadas 16 personas que deberán someterse a pruebas genéticas para su identificación.
Luego del incidente fueron hospitalizados 26 ocupantes heridos, de las cuales seis adultos continúan ingresados en distintos hospitales de Verona, uno en condiciones graves, y el resto ya han recibido el alta, de acuerdo a las mismas fuentes.
Las autoridades italianas investigan las causas del accidente, que podría haberse originado por un problema en la rueda y según el periódico veronés LArena se desconoce el paradero del conductor, que podría estar entre las víctimas aún irreconocibles.