El plan de retiro elaborado por los ministerios de Gobernación y Defensa, y aprobado por el Consejo Nacional de Seguridad, establece que la primera mitad, que se retirará en unos meses de los escuadrones del Cuerpo Especial de Reservas para la Seguridad Ciudadana serán destinados a las fronteras. Para los escuadrones de seguridad ciudadana se erogan Q202 millones anuales.
Estos militares serán destacados a las brigadas de Petén, Jutiapa, Zacapa, Huehuetenango y San Marcos.
Para cubrir todas las fronteras del país se requerirían de 30 mil soldados, y ahora hay 22 mil, explicó William David García, director general de Prensa del Ministerio de la Defensa.
Con la frontera mexicana, Guatemala comparte 962 kilómetros, desde San Marcos hasta la parte norte de Petén, en la que hay al menos 104 pasos ciegos, afirmó García.
El funcionario castrense enfatizó en la necesidad de incorporar más efectivos en el resguardo de esa frontera por ser donde se da el mayor porcentaje del contrabando en el país —85 por ciento—.
“Por México hay trasiego de armas y narcotráfico. También es donde operan los Zetas, en comunidades fronterizas, y esto hace que pasen para este lado para tráfico ilícito de drogas y venta de armamento para narcotraficantes”, señaló García.
Asimismo, se da la trata de personas con fines de prostitución.
Cigarros y licor son de los productos que más se contrabandea en la frontera occidental por los puntos ciegos. “Sin mencionar que el río Usumacinta —en Petén— es extremadamente grande y es por donde también se transportan embarcaciones ilegales”, añadió.
Con Belice son 212 kilómetros de línea de adyacencia, donde persisten las tensiones, así como 35 kilómetros del Río Sarstún, el cual pese a ser resguardado por la Marina Nacional, ha sido punto de provocaciones de parte de embarcaciones beliceñas.
Frontera oriental
García indicó que en límite con Honduras también se practica el contrabando a través de ríos, y el paso de tratantes de personas que llevan mujeres jóvenes hacia México.
“En El Salvador el problema más latente son las maras, porque hay peligro de que pasen a Guatemala. De hecho muchos ya han pasado y se han capturado aquí a cabecillas de las pandillas salvadoreñas”, recordó el militar.
Agregó que los integrantes de las maras ingresan a Guatemala para vender armas a las pandillas locales.
“El Salvador tiene seis millones de personas y tienen cuatro soldados por cada mil. Nosotros tenemos 1.4 soldados por cada mil habitantes”, precisó García.
En tanto, por la costa pacífica se trasiegan estupefacientes y es un paso para la migración.
Tanto en las fronteras con Honduras y El Salvador como por el Pacífico se ha interceptado el paso de migrantes. “Pasan sirios, africanos y hasta de la India”, según García.
Además de los puntos fronterizos, se distribuirán los soldados que servían en el apoyo a la Policía Nacional Civil (PNC) al resguardo de la Biosfera Maya, en Petén, y a la Unidad de Ayuda Humanitaria y Rescate, para fortalecer la respuesta a la hora de desastres.
También se ubicarán a otros para la protección de la infraestructura crítica, como aeropuertos, carreteras principales, torres de energía eléctrica e hidroeléctricas, pero está pendiente de definirse cuántos efectivos serán destinados a cada programa.
Las rutas del narco
En el último cuatrimestre del 2014, las autoridades identificaron al menos 10 rutas terrestres del narcotráfico en el país, de las cuales, nueve llegan a México procedentes de Belice, el Caribe, El Salvador y Honduras.
La que no llega a México atraviesa todo el oriente del país desde el Océano Pacífico hasta Belice.
Cinco de las rutas que usa el narcotráfico pasan por Izabal, otras tres atraviesan por Petén, Alta Verapaz, Zacapa, Escuintla, Suchitepéquez, Retalhuleu, Quetzaltenango y San Marcos.
Fuerza agoniza
De acuerdo al cronograma del Ejército de Guatemala, en abril próximo se retirará el 50 por ciento de los efectivos militares que brindan tareas de seguridad ciudadana, es decir, quedarían dos mil 100 soldados, de los 4 mil 200 que acompañan a la PNC.
En diciembre, según anunció a principios de año el ministro de la Defensa, Williams Mansilla, se retirará el 50 por ciento restante.
Las fuerzas combinadas se han implementado desde hace más de una década, pero desde el 2013, el apoyo financiero de los Estados Unidos al país comenzó a ser condicionado al retiro paulatino del Ejército de las tareas de seguridad ciudadana.
En enero del 2015 se estableció un cronograma que terminaría de ejecutarse en el 2016, pero con el cambio de gobierno, este fue aplazado y reformado con el actual para que concluya en diciembre de este año.