Los inconformes quemaron llantas y trozos de árboles, y aseguraron que ocuparán de nuevo la finca Rosario Bola de Oro, ya que no fueron reinstalados luego de haber sido desalojados en el 2013.
Los pobladores exigieron la presencia de la Procuraduría de los Derechos Humanos y del Fondo Nacional de Tierras, para dialogar y llegar a un acuerdo.
En el lugar se formaron unos 10 kilómetros de filas de vehículos, debido a que los pobladores impidieron el paso en ambos sentidos de la ruta.
Afectados
Oscar García Barrios, piloto, dijo que no es posible que un grupo de personas afecte el tránsito en esa ruta tan importantes, ya que el afectado es el comercio.
Mario Roldán, comerciante, indicó que la protesta le ha generado gastos extras para trasladar sus productos, lo que afecta su economía.
La manifestación afectò la movilidad hacia la frontera Tecún Umán, San Marcos; Retalhuleu y Quetzaltenango.