El bombero Juan Eduardo Bizama falleció el jueves en la región del Bío Bío (550 km al sur de Santiago), con lo que el balance de muertos por los incendios se eleva a 10, según datos del gobierno chileno.
Hasta ahora prácticamente confinados a los bosques y campos, los incendios tomaron un nuevo cariz en la madrugada del jueves al arrasar la localidad rural de Santa Olga, en la región del Maule (280 km al sur de Santiago) , donde más de un millar de viviendas quedaron totalmente calcinadas y más de cuatro mil personas fueron evacuadas.
“Afortunadamente, se ha podido evacuar a todas las personas” de Santa Olga, informó la presidenta Michelle Bachelet.
Las imágenes de televisión resultan dantescas: casas destruidas, fuegos que consumen lentamente los escombros, gente con algunos enseres en la mano que lograron salvar del infierno vivido, todo envuelto en una espesa nube de humo.
El fuego amenaza sectores poblados
Nuevos focos se acercan al Gran Concepción, una de las zonas más pobladas del centro-sur de Chile, con más de un millón de habitantes.
Las llamas amenazaban a las localidades de Vilumanque y Chiguayante y alcanzaron el relleno sanitario de Copiulemu, en la ruta que une Concepción y Cabrero.
La empresa administradora pidió a los ciudadanos que mantengan por el momento la basura en casa.
“Esto es desesperante. Las llamas se acercan y lo único que podemos hacer es aguantar y rezar”, dijo Sofía, una joven de 19 años vecina de la localidad de Llico, donde decenas de casas fueron evacuadas ante la amenaza del fuego.
De los 142 incendios forestales activos a nivel nacional de los que hay registro este jueves a las 18.30 horas, 51 han sido controlados, 77 se encuentran en combate y 14 fueron extinguidos, de acuerdo con la Corporación Nacional Forestal (Conaf).
Según el ministerio del Interior, la superficie afectada por incendios supera en más de un 2.000% el registro de la temporada pasada.
Pérdidas incalculables
Los incendios afectan zonas rurales donde viven en su mayoría agricultores y criadores de ganado. Las grandes empresas forestales también se han visto afectadas, principalmente en la región del Maule, donde el fuego consumió más de 160 mil hectáreas, muchas de ellas de pinos y eucaliptos.
Las pérdidas económicas que dejará esta catástrofe “son enormes e incalculables”, afirmó el ministro de Agricultura, Carlos Furche.
La presidenta Bachelet, cuyo gobierno está siendo criticado por la lentitud de la respuesta, reunió el jueves a un grupo de líderes empresariales que acordaron crear una alianza público-privada para enfrentar esta catástrofe y la reconstrucción de las zonas arrasadas por el fuego.
Los daños entre la fauna y la flora, en particular el bosque nativo, son también incalculables, según los expertos.
Se han abierto cuentas en el país para recibir donaciones para los damnificados.
Bachelet anunció una investigación para determinar las causas de estos incendios.
“La multiplicidad de focos no nos permite descartar que aquí haya un componente de intencionalidad” , aseveró la mandataria.
Más del 90% de los incendios que se registran anualmente en Chile son provocados intencionalmente.