Internacional

Sally Yates, la fiscal que desafió a Trump

Serena, discreta y fiel, la ex fiscal general de EE.UU. Sally Yates abandonó el lunes la seguridad de su segundo plano y se rebeló contra el presidente, Donald Trump,por su veto a refugiados e inmigrantes, una acción que ha conferido a la fiscal la doble condición de heroína y traidora.

Sally Yates, de 56 años fue nombrada fiscal general del Estado en el  2015 y con ese movimiento se convirtió en la número dos del Departamento de Justicia

En 1989, Yates fue nombrada número dos de la Fiscalía del Estado de Georgia, al sureste de ese país.

Seis años después fue la encargada de dirigir la acusación contra Eric Rudolph, el extremista cristiano que mató a una persona y dejó más de cien heridos en el atentado de los Juegos Olímpicos de Atlanta.

En los últimos 20 años, según se lee en la web oficial del Departamento de Justicia, se ha dedicado con éxito a “un largo número de casos, incluidos numerosos fraudes llevados a cabo por políticos y ejecutivos”.

En 2010, Obama la nombró fiscal general del distrito de Georgia. Yates fue la primera mujer en recibir este cargo.

Nombrada en 2015 como“númerodos” del Departamento de Justicia por el expresidente Barack Obama, Yates envió el lunes por la noche una carta a los abogados del Gobierno para ordenarles que no defendieran en las cortes el decreto deTrumpsobre los refugiados, cuya legalidad ha sido desafiada en varias cortes de ese país.

Expulsión de su puesto

Su acción le valió la expulsión automática de su puesto y una dura acusación de traición por parte del Gobierno de Trump.

“Yates ha traicionado al Departamento de Justicia al negarse a hacer cumplir una orden diseñada para proteger a los ciudadanos de Estados Unidos” , declaró la Casa Blanca en un comunicado.

Sin embargo, mientras el Gobierno deTrumpreprimía públicamente a Yates, alguien entró en Internet y modificó su biografía enWikipediapara incluir la frase“heroínaestadounidense” entre sus grandes hazañas.

La enciclopedia digital eliminó la frase, pero el Comité Nacional Demócrata  (DNC) respaldó en un comunicado a la “heroica patriota”  Yates y cargó contra la“tirana” Presidencia Trumpy sus intentos por “silenciar” a la fiscal.

Yates, ya sabía que su decisión se traduciría en el despido. Pasó el fin de semana reflexionando, consideró que el decreto deTrumpse excedía con un grupo particular  (los musulmanes) y decidió dar un paso al frente, según dijo al The Washington Post una fuente cercana al Departamento de Justicia que pidió el anonimato.

De una forma dramática, el lunes por la noche, Yates puso fin a 27 años de servicio público que comenzaron en 1989 como “número dos”  de la Fiscalía del distrito norte de Georgiay que la llevaron a dirigir la acusación contra EricRudolph, el autor del atentado que mató a una persona e hirió a 111 en los Juegos Olímpicos deAtlanta1996.

Persiguió con éxito varios casos de corrupción,Obama se fijóen ella y la nombró fiscal general del distrito norte del estado deGeorgia, un puesto que nunca antes había ocupado una mujer.

El exfiscal general Eric Holder (2009-2015) incluyó a Yates en su círculo de asesores más cercanos y, en enero del 2015,Obamanominó a Yates como“númerodos” del Departamento de Justicia, una posición para la que logró el apoyo casi unánime del Senado.

Irónicamente votó en su contra el senador por Alabama Jeff Sessions, elegido por Trump para ser su fiscal general y que actualmente enfrenta una dura batalla para lograr su confirmación en el Senado.

Mejor alida de Obama

Durante sus dos años como“númerodos” , Yates seconvirtióen la mejor aliada de Obama para cambiar el sistema penal de EE.UU., acabar con un encarcelamiento masivo que cuesta millones de dólares a las arcas del Estado y que castiga de manera desproporcionada a los varones de las minorías hispana y afroamericana.

Con el respaldo de la fiscal general Loretta Lynch (2015-2017) , Yates se encargó de supervisar una iniciativa de la Casa Blanca que sirvió para conmutar las penas de miles de presos condenados por delitos no violentos y relacionados con drogas.

Yates se dedicó también a dirigir el día a día de los 113 mil empleados del Departamento de Justicia, que ahora pasaron a manos deDana Boente, nombrada porTrumpcomo fiscal general en funciones a la espera de que el Senado confirme aSessions.

Cuando el Departamento de Justicia abra mañana sus puertas, por orden de Boente, los abogados del Gobierno tendrán que volver a defender en las cortes el decreto deTrump, que suspende el ingreso al país de todos los refugiados durante 120 días, así como la concesión durante 90 días de visados a siete países de mayoría musulmana.

Nacida 1956 en Atlanta (Georgia) , casada y con dos hijos, Yates no ha hecho ningún comentario sobre cuál será su futuro, aunque su pasado ya está marcado por la agridulce doble condición de heroína y traidora.

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