“Lo que nos planteamos como objetivo (del PAP) era atacar la raíz del problema de la migración irregular” hacia Estados Unidos, destacó Hernández en su discurso.
El PAP consiste en una inversión de US$750 millones aprobados por Estados Unidos para los países del llamado Triángulo Norte de Centroamérica (Guatemala, El Salvador y Honduras), que generan los mayores flujos de migrantes del Istmo.
La propuesta del Plan surgió de un encuentro entre los líderes de los tres países y el ahora expresidente Barack Obama, con el objetivo de generar oportunidades de empleo y programas de combate a la violencia, consideradas como principales causas de la emigración.
En el 2014, Estados Unidos declaró una “crisis humanitaria” luego de detectar el ingreso de más de 60 mil niños no acompañados por adultos procedentes de los tres países, circunstancia que motivó las conversaciones con autoridades de los tres países y la concreción del acuerdo.
Hernández manifestó que con este desembolso la nueva administración de Donald Trump manda un mensaje claro de que hay que seguir trabajando por la Alianza para la Prosperidad.
Entre 80 mil y 100 mil hondureños viajan cada año en busca del “sueño americano”, según organismos humanitarios.
Cerca de un millón de hondureños que viven en Estados Unidos, la mayoría indocumentados, inyectaron el año pasado unos US$4 mil millones en remesas, equivalentes al 20% el Producto Interno Bruto.