La malograda “sesión fotográfica” terminó con una abultada multa y con la mujer en el hospital, donde la suturaron con cuatro puntos en los dedos de una mano por la mordedura del animal.
El tiburón limón es una especie en peligro de extinción que acostumbra a vagar por zonas del mar poco profundas para alimentarse y frecuenta las aguas del archipiélago de Fernando de Noronha, un parque nacional protegido.
“La pareja cometió un crimen ambiental”, afirmó el instituto Chico Mendes de Biodiversidad, administrador del recinto.
La ley de crímenes ambientales de Brasil prevé una multa de unos US$1 mil 500 pero como la infracción fue cometida dentro de una reserva federal el valor del castigo sube hasta los US$3 mil para cada uno, según informó el organismo.
El archipiélago Fernando de Noronha está formado por 21 islas diseminadas en un área de 26 kilómetros cuadrados con una visibilidad dentro del mar que llega a los 50 metros, lo que le convierte en un espacio propicio para prácticas submarinistas.
El ecosistema es hábitat de varias especies de peces, tortugas, tiburones y delfines.