La mitad de las rutas utilizadas por el narcotráfico tocan Izabal, mientras que tres pasan por Petén, Alta Verapaz, Zacapa, Escuintla, Suchitepéquez, Retalhuleu, Quetzaltenango y San Marcos.
La Comisión Nacional para la Reforma de la Política de Drogas recopiló datos del país e informes extranjeros para hacer un diagnóstico del papel de Guatemala en el problema de las drogas.
La conclusión preliminar fue que, si bien no es un país primordialmente consumidor ni productor, sí es un lugar “muy importante” de tránsito de cocaína, y en los últimos cinco años aumentó el trasiego de precursores.
Luces y sombras
“No significa que no haya producción ni consumo, pero en términos generales el papel que juega dentro del mercado general de drogas, es de país de tránsito”, indicó Daniel Haering, miembro de dicha instancia.
Guatemala no tiene datos de consumo desde el 2005, cuando se hizo la última encuesta, y hubo otra en 1998, pero aún en ellas aparece un consumo muy bajo en términos relativos. Es más bajo todavía si se compara con naciones europeas o Estados Unidos.
David Martínez-Amador, especialista en narcoactividad, cree que el Gobierno debe definir los puntos ciegos, ampliar los vínculos con la ciudadanía que puedan aportar información y eliminar toda vinculación entre el crimen organizado y la fuerza pública.
El ministro de Gobernación, Mauricio López Bonilla, informó que entre las acciones estatales para detectar a los traficantes de droga están el trabajo de inteligencia, operaciones de interdicción y operativos permanentes.
Diferencias
La identificación de rutas estuvo a cargo de la Unidad de Análisis de Información Estratégica del Ministerio de Gobernación, la cual también estima que el 45 por ciento de los homicidios tienen algún tipo de relación con el narcotráfico.
Sin embargo, esa cifra es fuertemente cuestionada por dicha comisión nacional integrada por expertos en seguridad, drogas y académicos, por considerar que no hay “metodología clara” para determinar el porcentaje.
“No nos atrevemos como comisión a dar un porcentaje, puede ser un 80 o un 10 por ciento, pero hasta hoy no hay una metodología clara. Tengo la sensación personal de que es un porcentaje bastante menor al que están dando”, expuso Haering.
En respuesta, López Bonilla explicó que cuando se habla del narcotráfico es un rango muy grande, porque relacionados con el fenómeno de las drogas están los grupos operativos del crimen organizado que también utilizan esas rutas.
Agregó que esos grupos forman estructuras criminales de robo de vehículo, secuestro, extorsión y otros, lo que también se tomó en cuenta.
País de lavado
Guatemala aparece en el mapa de países para lavado de dinero, junto con Costa Rica y Panamá en Centroamérica, según la clasificación del Buró de Asuntos Internacionales de Narcóticos y Aplicación de la Ley del Departamento de Estado de EE. UU. referenciado en el informe preliminar de la comisión.
“Ese mapa tiene que ver con la evaluación del sistema económico y financiero, si está blindado o tiene vulnerabilidad, y si el lavado está relacionado con el narcotráfico. No significa que haya lavado de dinero en el sentido estricto en todos los países del mundo porque lo hay, pero donde más lavado se hace es en las economías más grandes”, explicó Haering.
Sin embargo, Guatemala carece de mucha información para establecer un diagnóstico más perfeccionado.
“Hacemos un llamado desde la comisión a la institucionalidad guatemalteca para que se esfuerce por tener mejores datos. Con lo que tenemos no podemos llegar a una conclusión perfecta”, añadió Haering.
OPERATIVOS
Estrategias móviles
“Es un trabajo de inteligencia, con el cual se pueden desarrollar operaciones de interdicción —intercepción—, puede ser terrestre, aérea o marítima”, así comenzó a describir el ministro de Gobernación, Mauricio López Bonilla, las acciones del Gobierno para atacar a los narcotraficantes en ruta.
El funcionario hizo ver que utilizan operativos móviles para las rutas usadas en partes de las fronteras y, en forma escalonada, se expanden.
“Esas operaciones son de carácter permanente y varían dependiendo de la información que se tenga”, añadió. Informó que hay “mucho movimiento” desde Honduras.
POR CARRETERAS
López Bonilla indicó que quienes trafican drogas utilizan carreteras formales y reconoció que no se puede poner operativos en todos los lugares.
“Imagínese el tráfico que hay en el territorio nacional. No podríamos hacer una revisión del cien por cien del flujo”, explicó.
Sin embargo, recalcó que un equipo de rayos X movible se transporta y rota entre varias rutas. Si encuentran un vehículo sospechoso, lo pueden identificar ya que el aparato puede detectar compartimientos secretos.
El ministro comentó que a medida que se intensificaron los operativos en camiones y contenedores, los traficantes fueron quitando la carga a ese tipo de vehículos y la trasladaron en vehículos más pequeños.
FALTA MUCHO POR DESCUBRIR
La comisión de expertos hizo varias recomendaciones preliminares, entre otras:
Analizar y sistematizar datos sobre pureza de las drogas incautadas en el país.
Crear un sistema institucional permanente para recabar y monitorear los precios de las drogas.
Realizar directamente o facilitar entrevistas en profundidad en cárceles con actores del narcotráfico.
Generar una metodología institucional y un sistema permanente para medir y monitorear la asociación e impacto del narcotráfico en la violencia homicida.
Desarrollar una investigación rigurosa y exhaustiva sobre el cultivo de la amapola.
Impulsar una estrategia para el fortalecimiento de las competencias necesarias en el personal de Salud, para el abordaje del uso de sustancias psicoactivas.
ANÁLISIS
Fronteras y gente
El profesor universitario y experto en temas del narco David Martínez-Amador comentó que lo primero que deben hacer las autoridades es ponerle atención a las fronteras y definir los puntos ciegos, aprovechados por traficantes.
“Deben tener una profunda vinculación con las comunidades aledañas, porque las personas se convierten en testigos. Es más difícil para el jefe del comando militar o para el policía ver todo eso”, indicó. Agregó que por eso es importante mantener vínculos abiertos con la población, y reconocer que es una debilidad estructural no poder dar la cobertura necesaria.
Martínez-Amador agregó que identificar y romper vínculos entre organizaciones criminales y representantes del Estado —Policía y Ejército— es lo que sigue.