La fiscalía panameña allanó este jueves las oficinas de ese bufete y acusa a sus socios de blanqueo de capitales.
Según la fiscal jefe, Kenia Porcell, esa firma es presuntamente “una organización criminal que se dedica a ocultar activos y dineros de orígenes sospechosos” y sirve para “eliminar evidencias de los implicados en la actividad ilícita relacionada con el caso Lava Jato”.
Sin embargo, según Solano “todo Panamá va a poder ver que no existe” ese blanqueo de capitales y que se “trata de cargos forzados, carentes de pruebas”.
Además de Mossack y Fonseca fue detenida una tercera persona.
La operación Lava Jato en Brasil reveló sobornos de grandes empresas constructoras, entre ellas Odebrecht, a funcionarios públicos en América Latina entre el 2005 y el 2014.
Antes de su detención, Ramón Fonseca había acusado al presidente de Panamá, Juan Carlos Varela de recibir donaciones de Odebrecht.
“A mí el presidente Varela, que me caiga un rayo si es mentira, me dijo que él había aceptado donaciones de Odebrecht porque no se podía pelear con todo el mundo”, dijo Fonseca.
Varela refutó las acusaciones y manifestó que “no existen donaciones de la empresa Odebrecht” durante su campaña electoral de 2014.
“Las donaciones recibidas en mi campaña son contribuciones políticas. No son sobornos. Ni un dólar de estas contribuciones ha sido para beneficio mío ni de mi familia”, afirmó Varela.
Fonseca, ministro consejero del gobierno de Varela y dirigente del oficialista Partido Panameñista (derecha), se vio obligado a dimitir el año pasado.
Lo hizo tras el escándalo de los “Panama Papers”, una filtración que reveló cómo desde ese despacho de abogados se crearon sociedades opacas para presuntamente evadir impuestos a escala mundial.
Durante más de una década, Odebrecht mantuvo este “esquema de corrupción masiva”, pagando alrededor de 800 millones de dólares en sobornos a funcionarios gubernamentales de tres continentes, según el Departamento de Justicia de Estados Unidos.
En América Latina ha salpicado por el momento al expresidente de Perú, Alejandro Toledo; a la campaña del mandatario de Colombia, Juan Manuel Santos y a varios familiares del expresidente Ricardo Martinelli de Panamá, donde Odebrecht habría sobornado con más de 59 millones de dólares.
Fonseca Mora dijo que su despacho no “tiene nada que ver” con las acusaciones y denunció a las autoridades de buscar “un chivo expiatorio” para “desviar la atención”.