Bastaban unas cuantas tiendas para dar servicio a toda una ciudad de un millón de habitantes, ya que la densidad de población, la cantidad de tráfico y el número de competidores o de oferta también era menor por lo que no era problema expandirse y dar satisfacción a sus clientes.
Hoy atender esa misma ciudad y población requiere de muchas más unidades de negocio para no perder participación de mercado, pero sobre todo con mucho mayor costo operativo lo que afecta directamente la rentabilidad de los negocios. Es decir, hoy usted hace menos con más.
Antes las empresas enfrentaban menores costos para mantener el margen de utilidad, hoy para tener las mismas ventas los negocios requieren abrir muchas más sucursales, contratar más personal, más sistemas y más costos para tener un margen de utilidad similar.
Es muy engañoso medir el tamaño de un negocio por el número de tiendas y personal y pensar que es muy rentable por ello porque es una organización muy grande.
Hoy la tendencia en negocios es la reducción para poder crecer. Vea los ejemplos de Sears y Wal-Mart, que están cerrando cientos de tiendas en busca de mantener la rentabilidad del negocio, aunque no es tan simple como solo cerrar sucursales y resuelto.
El cambio inició en el año 2009 a raíz de la recesión en Estados Unidos cuando muchos negocios de venta al detalle tuvieron que adaptarse a operar en menos metraje cuadrado y menos personal sin perder la esencia del negocio y lograr mantener la preferencia de un cliente a un precio con márgenes muy justos.
Aún hoy el problema que enfrentan millones de negocios alrededor del mundo es como seguir siendo rentables teniendo que operar aún muchísimas tiendas para vender lo mismo, pero ganando menos dinero.
Así que difícil tarea tiene la industria en aprender a como evolucionar y lograr ser rentable sin tener que cerrar tiendas, porque entonces usted pierde ubicación y potencialmente participación de mercado que lo puede llevar de igual manera a la pérdida del negocio.
La respuesta no es de ninguna manera sencilla, pero hay caminos y aunque requiera de decisiones difíciles, estas pueden representar la diferencia entre condenar el negocio o asegurarle su permanencia. Aunque apostar más a la experiencia y no solo hacia el producto es lo más básico, siempre es un buen inicio. Considere seriamente una estrategia de relocalización o reducción de metros cuadrados en sus locales, invierta en tecnología y conocimiento para optimizar la exhibición, invierta en especializar a su personal.
Analice compartir los costos y utilidades dentro de la cadena de valor de su negocio a través de una estrategia de valor compartido a través de franquicias o distribuidores, licencias o socios estratégicos. Analice si su negocio está ahí para ganar dinero o para hacer presencia de marca (cosa que no le recomiendo). Restructure sus fuentes de financiamiento y sea creativo con opciones más allá del banco.
El trabajo que tienen por delante las empresas en términos de reconfiguración del modelo de negocio puede que hoy sean mucho más fuertes incluso que plantearse de entrada un plan de expansión. Primero debemos comprender y aceptar que el mercado cambió de una forma abrupta, que todos estamos aprendiendo a adaptarnos, pero lo que fue definitivamente ya no será y que cuanto antes empiece a ajustarse para asegurar el futuro de su negocio, será mucho mejor. ¡Suerte!
