Joel Suazo, educador del Programa de Malaria, dijo que las comunidades más pobres son las más afectadas, ya que no cuentan con los recursos para proteger sus viviendas de los mosquitos, y la mayoría de personas duerme en hamacas o petates.
“Estos lugares son propicios para esa enfermedad, pues el clima tropical hace que se formen criaderos de mosquitos. Es necesario educar a los pobladores sobre su erradicación”, afirmó Suazo.
Agregó que a través del programa de malaria han llevado mosquiteros a las comunidades afectadas. También trabajan en eliminar criaderos, fumigar en implementar programas de educación.
Según datos del Ministerio de Salud, en varias comunidades de Río Dulce, Lívingston, y el área sur de El Estor se ha reportado la mayor cantidad de casos en los últimos años, por lo que temen que se registre un repunte, especialmente por las condiciones climáticas.
En Puerto Barrios se registraron 50 casos el año pasado, principalmente en las colonias del área urbana, debido a los pantanos y la humedad en esos sectores.
Otras dolencias
Vecinos aseguran que la proliferación de zancudos también causa enfermedades como dengue clásico y dengue hemorrágico.
Lidia Santos, residente de la localidad, comentó que hace un año falleció un niño a causa de dengue hemorrágico.
“Con la entrega de pabellones esperamos descansar con mayor tranquilidad”, señaló Santos.