Leo Messi, cabizbajo y alicaído tras la dolorosa derrota en la ida de octavos de final en el Parque de los Príncipes, volvió a ser decisivo para que el Barcelona se colocara en segunda posición a un punto del Real Madrid, que tiene un partido menos, y dos más que el Sevilla, equipos ambos que lograron sendas victorias con dos discutidas decisiones arbitrales.
Fue de rebote tras una jugada que él mismo empezó al tirar una falta, pero los goles valen todos lo mismo aunque no sean iguales y el monstruo argentino lleva ya 20 a estas alturas de LaLiga, en la que lidera la tabla de goleadores por delante de su compañero Luis Suárez (18) y Cristiano Ronaldo (16).
No fue ayer Leo Messi el de otras tardes en las que ha celebrado de manera lánguida, o no celebrado, algunos goles; o se le ha visto deambular por el campo con la mirada perdida, lo que ha dado lugar a numerosas interpretaciones sobre el ánimo del argentino, o sobre la influencia de las negociaciones de su renovación.
Ya su entrenador, Luis Enrique Martínez, salió ayer en su defensa al calificar de “circo” todas las especulaciones que rodean a su jugador franquicia y al club que entrena, que actualmente mantiene negociaciones para que siga siéndolo y pueda, como todos han afirmado, retirarse en el único equipo en el que ha militado.
La Pulga es el faro al que todos miran en el Barcelona y el termómetro que marca los estados de ánimo de su equipo y la explosión de ayer en el Vicente Calderón habla a las claras de que está enchufado para afrontar los próximos compromisos ligueros y, sobre todo, la proeza de intentar la igualada ante el París Saint Germain el próximo 8 de marzo en el Nou Camp.
El Barcelona, clasificado ya para jugar la final de la Copa del Rey, tiene un calendario liguero en el que habrá de enfrentarse consecutivamente en el Nou Camp al Sporting de Gijón y al Celta de Vigo, posteriormente viajará a La Coruña para jugar con el Deportivo, recibirá al Valencia y viajará a Granada.
Para todo ello, será decisivo que el de Rosario siga siendo tan decisivo como lo fue ayer en Madrid, donde sumó su victoria 400 con la camiseta del Barcelona, las que le han valido para ser, con 29, el jugador con más títulos de la historia de este club junto a Andrés Iniesta.
Cuatro Ligas de Campeones, ocho Ligas, cuatro Copas del Rey, tres Supercopas de Europa, siete Supercopas de España y tres Mundiales de Clubes son los datos elocuentes que hablan bien a las claras de la importancia de Leo Messi en las aspiraciones del Barcelona y también de la trascedencia de su estado de ánimo.