Las declaraciones de Rivera Madariaga, acusado de graves cargos criminales, no han sido verificadas. Consultado por la AFP, el expresidente Lobo negó las “acusaciones absolutamente falsas” y dijo que nunca se reunió con narcotraficantes o recibió sobornos de ellos.
Durante más de tres horas y media, Rivera declaró ante la jueza Lorna Schofield que sus contactos con los Lobo, con políticos -algunos aún en funciones-, con la policía y militares ayudaron al cartel a recibir toneladas de cocaína en Honduras, uno de los países con la mayor tasa de homicidios del mundo. La droga, proveniente de Colombia y a veces Venezuela, atravesaba Honduras y se dirigía luego a Guatemala, México y finalmente a Estados Unidos.
Interrogado por el fiscal Emil Bové, Rivera afirmó que Los Cachilos pagaron a sobornos a Porfirio “Pepe” Lobo cuando era candidato a la presidencia por 450 mil dólares, en dos veces, a cambio de protección y contratos si era elegido.
Tras la elección de Lobo, el jefe narco dijo que volvió a reunirse con el presidente y que éste “nos recomendó que hiciéramos las empresas, que él nos iba a dar los contratos del gobierno para pagarnos el soborno que le habíamos dado para su campaña”.
“Porfirio Lobo Sosa nunca ha recibido ningún dinero de delincuentes ni ha sostenido ninguna reunión particular con ellos” , dijo el expresidente en un comunicado enviado por email a la AFP.
El testigo, que colaboró con la DEA en Honduras y se ha declarado culpable de varios delitos, contó cómo se reunió con otros narcos y al menos un actual diputado y decidieron matar al exzar antidrogas de Honduras Julián Arístides González en diciembre de 2009.
Detenido en Haití en mayo de 2015 y extraditado a Estados Unidos, Fabio Lobo, de 45 años, se declaró culpable de conspiración para importar y distribuir cocaína en Estados Unidos en mayo de 2016. Enfrenta una pena mínima de 10 años de cárcel, y una máxima de cadena perpetua. Presente en la corte hoy, permaneció en silencio, negando con la cabeza varias de las acusaciones del testigo.