Se trataría de la segunda enmienda impuesta por la Cámara alta, tras la que aprobó la semana pasada preservando los derechos de los europeos residentes en el Reino Unido tras el brexit, un paso que May no quiere dar sin recibir garantías recíprocas sobre los británicos en Europa.
Las enmiendas serán probablemente eliminadas cuando la ley vuelva a ser votada en la Cámara de los Comunes, pero constituyen un aviso a May de que el Parlamento no se conformará con ser mero espectador del proceso de salida.
A diferencia de la Cámara de los Comunes, donde los conservadores de May tienen una ligera mayoría absoluta -330 de los 650 escaños-, en la de los Lores están a merced de la oposición.
Una fuente de la oposición en la cámara alta dijo que estaba seguro de que la enmienda será aprobada porque tiene apoyo de sobras entre los partidos.
May prometió al Parlamento que le permitirá pronunciarse sobre el acuerdo final pero que ello no frenará la salida: si lo aceptan, bien, si no, el Reino Unido saldrá de la UE sin acuerdo.
Pero muchos temen que un ruptura sin acuerdo traería el caos, y dejaría sin efecto, de la noche a la mañana, todos los acuerdos comerciales y contratos entre el Reino Unido y sus 27 ex socios comerciales.
Un sondeo publicado este martes por el diario The Independent constató que sólo el 25% de los británicos apoyarían irse de la UE sin un acuerdo y que la afirmación de May de que “irse sin acuerdo es mejor que con un acuerdo malo” no es en absoluto compartida por el público.
Gobierno: divisiones debilitan a Londres ante la UE
En el debate en la Cámara de los Lores, el laborista Peter Hain dijo que incluso quienes votaron por el brexit en el referendo del 23 de junio no eran unánimes sobre la futura relación con la UE, “porque los líderes de la campaña para irse no les dijeron cuál era la alternativa”. En consecuencia, el Parlamento debería pronunciarse sobre la salida.
El Gobierno pidió a los Lores -una cámara inelecta, integrada por nobles, obispos y miembros designados por los partidos- que no manoseen más la ley.
May “cree que no deberíamos comprometernos a nada que incentive a la UE a ofrecernos un mal acuerdo”, dijo el portavoz de May.
“Si nos colocamos en la posición en que el acuerdo negociado pueda ser rechazado por los diputados, fortaleceremos a la otra parte en la negociación”, añadió.
La primera ministra tiene prisa por que se apruebe la ley para ajustarse al calendario que ella se impuso, y que preveía notificar la salida de la UE a sus socios europeos en marzo, como mucho, para empezar ya los dos años de negociaciones previstos por los tratados europeos.
May rechaza adelantar elecciones
William Hague, exministro conservador de Relaciones Exteriores y miembro de los Lores, urgió a May a aprovechar la debilidad de la oposición para convocar nuevas elecciones y ampliar su mayoría.
Sólo un 25% apoyaría la salida del Reino Unido de la UE sin un acuerdo.
Hague es el conservador más prominente en hacer este llamamiento, pero May rechazó la idea: “no va a ocurrir”, dijo un portavoz de Downing Street.
“Tenemos a una nueva primera ministra y gabinete afrontando los desafíos más grandes de los tiempos modernos: las negociaciones del brexit, el gobierno (estadounidense de Donald) Trump, la amenaza de los nacionalistas escoceses, y muchos otros temas”, argumentó Hague en un artículo en el Daily Telegraph.
“Estarían en una posición más fuerte para afrontar estos desafíos con éxito si tuvieran una mayoría más amplia y decisiva en los Comunes, y un nuevo mandato por delante”, añadió.