La victoria permite al Real Madrid, que había ganado 3-1 en la ida en el estadio Santiago Bernabéu, clasificarse para cuartos de final de la Champions por séptima vez consecutiva.
Los hombres de Zinedine Zidane sufrieron, especialmente en la primera parte, ante un Nápoles que salió a buscar el partido presionando alto e impidiendo al Real Madrid controlar el balón.
Mertens da esperanza
Al cuarto de hora, Lorenzo Insigne, que hizo sufrir mucho a Carvajal, soltó un disparo lejano que se fue fuera rozando el palo derecho de Keylor Navas (13) avisando de lo que llegaría diez minutos más tarde.
El delantero italiano pasó a su compañero Marek Hamsik que metió el balón al área, donde apareció el belga Dries Mertens para hacer el 1-0 de disparo cruzado (24).
Mertens, que ha participado en siete de los últimos diez tantos marcados por su equipo, volvería a poner el susto en el cuerpo a los merengues con un tiro al palo (37).
El tanto metió más presión a los blancos, que imposibilitados para avanzar con el balón controlado, buscaron el juego en largo, lo que propició algunas de las mejores ocasiones del primer tiempo.
Un pase profundo de Casemiro, lo controló Gareth Bale en la frontal del área para soltar un tiro que detuvo Pepe Reina (18).
A la media hora, Cristiano Ronaldo estrelló un balón en el palo (29), en lo que fue la última ocasión clara para el Real Madrid en la primera parte.
Tras el descanso, el Nápoli, espoleado por un ruidoso público que llenaba el estadio San Paolo, siguió apretando y buscando la portería blanca, pero pronto llegaría el primer gol de Ramos.
El capitán merengue se elevó entre los defensas locales para marcar de cabeza al saque de un córner (51).
El Nápoli se rinde
El gol fue un jarro de agua fría para los napolitanos, que poco después veían como Ramos volvía a cabecear al saque de un córner y el balón lo tocaba Mertens hacia su portería para hacer el 2-1 (57).
Este segundo tanto desarboló al Nápoles y animó al Real Madrid, que tomó las riendas del partido, beneficiado también por el cansancio de los locales que empezaron a acusar el esfuerzo desplegado en la primera parte.
El técnico Maurizio Sarri intentó mantener la fogosidad de su equipo introduciendo a Marko Rog, Arkadiusz Milik y Piotr Zielinski, pero el equipo italiano no logró volver a su nivel del primer tiempo.
En los últimos veinte minutos, los blancos se hicieron con el control de la pelota, con posesiones largas que sirvieron para dar una mayor pausa al partido tras 60 minutos supersónicos.
Con el control del encuentro, Álvaro Morata, que había entrado por Karim Benzema (77), aprovechó un rechace de Reina a un tiro de Cristiano Ronaldo para rubricar el 3-1 (90+1) con el que terminó el encuentro.
