Economía

Hacen del baile un negocio de ritmo y corazón

Dos jóvenes unen su pasión, ritmo y talento para enseñarle a todo el país a bailar con frenesí. A pesar de que Dance Art Academy fue creada por Yilena Labrada, bailarina cubana que formó bailarines guatemaltecos, sus alumnos fueron la clave para que hoy se mantenga viva la pasión por el baile.

Katherine Milla y Héctor Blanco se convirtieron en emprendedores luego de haberse hecho cargo de academia. (Foto Prensa Libre: Cortesía)

Katherine Milla y Héctor Blanco se convirtieron en emprendedores luego de haberse hecho cargo de academia. (Foto Prensa Libre: Cortesía)

Después de varios años, Labrada se fue a Estados Unidos y la academia pasó por una transición —cerrar o continuar—, fue entonces cuando Katherine Milla, quien desde los 7 años había sido alumna de Labrada, aceptó el reto de continuar con el proyecto, al igual que el bailarín Héctor Blanco, que desde hace 13 años se dedica al arte de la danza.

En la actualidad, Blanco es el director y Milla es la codirectora. Ambos son coreógrafos y han realizado un trabajo arduo para continuar con el legado que Labrada les heredó.

“Fue difícil aceptar el reto en el 2014. El proyecto ya poseía un nombre y debíamos ser iguales o mejores que la directora anterior. Los únicos estudiantes que continuaron fueron los Casasola, padre e hijos. Ellos confiaron en nosotros”, manifestó Blanco.

Triunfos obtenidos con sacrificio y pasión

El World Salsa Summit es considerada como una de las competencias de más prestigiosas a nivel internacional.

Se coronaron campeones en categoría Pro-Am Salsa Cabaret, Salsa Solo Categoría Femenina, en parejas Amateur Salsa Showcase On 1 y Salsa Large Team Showcase entre otros.

La academia nació con el objetivo de cambiar la idea de que el baile es solo para mujeres y para despertar la pasión por la danza.


Los emprendedores recuerdan que el primer año y medio fue complicado. El contrato de la casa donde se ubicó por muchos años la academia finalizaba un año después de que ellos asumieron la dirección y ya no había estudiantes para pagar el alquiler.

“No tuvimos sueldo durante un año. Buscamos nuevos alumnos, y los ingresos que recibíamos eran para pagar los servicios, contador, alquiler y otros gastos”, dice Blanco.

La madre de una estudiante de la academia, al ver el esfuerzo y sacrificio que los jóvenes ponían en el emprendimiento, les ofreció alquilarles un local en Vista Hermosa, zona 15, a un precio accesible.

Al trasladarse al nuevo local, los empresarios perdieron a varios alumnos, pero eso no fue impedimento para continuar con su pasión y lucharon incansablemente.

Todo ese esfuerzo y empeño se vio recompensado cuando obtuvieron triunfos en la competencia internacional World Salsa Summit, que se realiza en Estados Unidos.

Para esos logros se requirió un año de entrenamiento y horas extras de trabajo. Los entrenadores se acoplaban al horario de los alumnos, debido a que algunos estudiaban o trabajaban. Recuerdan que en algunas ocasiones salían pasada la medianoche; pero eso no les importaba, ya que lo hacían por amor al baile.

Además, efectuaban diferentes actividades para recaudar fondos con el objetivo de que los estudiantes que no tenían recursos para viajar pudieran estar presentes en la competencia, ya que a pesar de que representaban al país no se les otorga ayuda por parte de ninguna institución.

“Nuestro sueño a corto plazo es obtener los recursos económicos necesarios para tener un mejor salón de clases con todas las comodidades y lujos que los bailarines se merecen, y a mediano plazo deseamos ser una escuela reconocida por nuestra pasión e innovación”.

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