El creador Ben Rolnik dice que las cenas son para crear un nuevo tipo de interacción que facilita conexiones significativas, no la cháchara que casi siempre prolifera en los cocteles o bares.
La acogida que han tenido estas cenas sin alcohol, realizadas en varios lugares de Los Ángeles pero que se están expandiendo a otros lugares del país, ha sido impresionante. Cada uno de los eventos para 200 personas se ha llenado. El costo de cada boleto es de unos 35 dólares.
“Más que una cena, es como un viaje”, dijo Rolnick, de 26 años, yogi y ex exmanager de talento artístico.
Fiestas parecidas están apareciendo en todo el país, especialmente en Nueva York, Miami y Chicago, tratando de llenar la curiosidad de la generación del milenio, de encontrar conexiones y propósitos significativos incluso en su vida social nocturna.
Cuando Justin Henderson, que creó la empresa Bender, hizo sus primeros eventos en Chicago hace unos cuantos años, sirvió alcohol, pero notó que muy pocas personas tomaron. El tiempo pasó y notó que en cada evento quedaba más alcohol, así que decidió dejar de ofrecerlo del todo.
Los eventos de Bender tienen entre 40 y 300 asistentes e incluyen desde una fiesta de yoga al lado de la piscina del Hotel Standard hasta una sesión de yoga a la medianoche en el área de la piscina de SoHo House, en Chicago, durante una noche de luna llena.
“Es parte de un movimiento mucho, mucho más grande que está desarrollándose. No se trata tanto de si hay alcohol o no… la gente solo está buscando maneras de relacionarse a través de cosas que aprecian y sobre las que están apasionados”, dijo Henderson, exmanager de cuidado de salud que estaba buscando una manera divertida de ayudar a la gente a llevar una vida más sana.
Courtney Nichols, de 28 años, dueña de una empresa de eventos de planificación y quien se describe como amiga de los bailes, ha ido a varios eventos de Bender en Los Ángeles, y dice que éstos combinan la diversión de una salida de noche con la consciencia social.
“Nunca ha sido problema la falta de alcohol. Probablemente beneficia al evento”, dijo Nichols, quien estaba impresionada por la sensación de camaradería que experimentó. “Conoces gente en un ambiente sensato. Te vas de la fiesta y te sientes renovado”.