Según un informe basado en la version de una de las personas encargadas de proveer el servicio de comida para Joaquín Guzmán Loera en el Penal Federal de Ciudad Juárez, así como imágenes de las cámaras de seguridad, el guardia encargado de servir los alimentos al capo se aseguraba con dos perros -supuestamente llamados Baguira y Chihuahuita– de que estos “no estuvieran envenenados”.
Según el diario Universal, el 19 de enero último, el día en que el naroctraficante fue deportado a Estados Unidos, este fue despedido con un plato especial, pollo con mole, y tortillas, entre otros, que antes los dos perros entrenados probaron ávidamente.
El jefe del cartel de Sinaloa, que se escapó dos veces de cárceles mexicanas, es ahora procesado por la justicia estadounidense por unos 17 delitos.