Luis Manuel Muñoz Lemus, coordinador de proyectos del Departamento de Conservación y Bienes Culturales y Muebles del Instituto Nacional de Antropología e Historia, indicó que luego de un diagnostico detallado, se efectuó una propuesta de tratamiento para ambas imágenes.
Explicó que el trabajo consistió en el fortalecimiento de ambas estructuras, se corrigieron problemas en los ensambles, se trataron grietas, fisuras, roturas y se retiraron elementos que no les pertenecían a las estructuras.
Trabajo delicado
Muñoz indicó que reemplazaron siete dedos de las manos de San Felipe Neri, ya que eran de yeso; en el caso de la imagen de Jesús, tres dedos también fueron reemplazados, porque eran de madera de mala calidad; además, faltaba uno de los dedos del pie izquierdo.
Los trabajos también contemplaron la estructura metálica, es decir, el soporte de las esculturas para reforzarlos, ya que salen en procesión. También se trabajó un soporte para la colocar la cruz.
También se recuperaron las capaz que cubren la talla en madera, para aplicar color en las áreas que estaban dañadas, luego siguen los retoques para recuperar los detalles que se han perdido, como las uñas, las cejas, pestañas y labios, entre otros aspectos.
En el caso de la imagen de Jesús, resalta el trabajo en la lengua, dientes, de las gotas de sangre, aspectos que habían sido dañados.
Posible origen
Según, Luis Manuel Muñoz, hay un documento que data de 1696 atribuido a Alonso de la Paz en el que se manda a hacer una escultura de San Felipe Neri. “Se asume que Jesús Nazareno aparece un año después y se asume que es de Alonzo”.
Dijo que, según apreciaciones estilísticas y técnicas, existen diferencias en la forma de manufactura entre ambas imágenes, por lo que posiblemente existen dos autores. “No podemos decir a ciencia cierta que Alonso de la Paz esculpió a ambas imágenes”, expresó.
Restauran joyería
Agregó que también trabajaron la orfebrería (joyería) y en el caso de la imagen de Jesús, trabajaron la corona de espinas, el resplandor y las Tres Potencias, que representan al Padre, Hijo y Espíritu Santo; además de la cruz. En el caso de San
Felipe Neri, también se recuperó las joyas que da iconografía a la imagen.
También se recuperaron las lágrimas que porta la imagen, con el fin dar detalles que muestren la aflicción que sufrió Cristo al morir en la cruz del Calvario.
“Nos sentimos privilegiados de tener acceso a estas imágenes que son un baluarte para el arte y la historia de Guatemala y son fundamentales para el desarrollo de las tradiciones y la devoción, ya que repercute en el sentir de miles de personas”, dijo.
“Nuestro trabajo como conservadores, no es cortar con la devoción, es simplemente saber trabajar con los requerimientos indispensables para el cuidado de las estructuras”, culminó.