Es la historia de Óscar Ramírez, ese niño que sobrevivió en 1982 al asesinato de su madre, sus cinco hermanas, sus dos hermanos y los 200 habitantes de su poblado Las Dos Erres en la selva de Guatemala, a manos de “kaibiles”, una fuerza especial del ejército entrenada por militares estadounidenses para combatir el comunismo.
Hallar la verdad
Óscar, prueba viviente de la participación del gobierno en la masacre, recién supo la verdad en 2011, cuando ya tenía más de 30 años.
“Esta es la historia más fascinante que escuché en mi vida”, dijo a la AFP el director Ryan Suffern, un estadounidense de 39 años que trabajó dos años y medio en este filme.
“Lo que atrae de la historia de Óscar es este increíble punto de entrada, la crisis existencial de descubrir un día que toda tu vida no es lo que parece. Y eso es lo que convierte esta espantosa historia en una búsqueda épica y fascinante para hallar la verdad, y para hallar a ese niño”, añadió.
La difusión de la película producida por Spielberg y Frank Marshall llega apenas días después de la decisión de una jueza en Guatemala de ordenar un juicio especial por genocidio contra el exdictador Efraín Ríos Montt (1982-1983), de 90 años, por su rol en esta masacre.
Ríos Montt fue sentenciado a 80 años de prisión por genocidio en 2013, pero la máxima corte de Guatemala anuló el fallo por un “error de procedimiento”. Sus abogados aseguran que padece demencia.
Solo un puñado de “kaibiles” han sido condenados en Guatemala en relación a la masacre, cada uno a 6.060 años de cárcel. Otros tres están en prisiones estadounidenses, condenados por violar leyes migratorias. Se sospecha que varios más residen en Estados Unidos.
Dos décadas de búsqueda
El documental entrevista a las personas que durante décadas investigaron lo que pasó en dos atroces días de diciembre de 1982, cuando pareció que a un pueblo entero del departamento de Petén (norte) se lo había tragado la tierra.
Los testimonios de familiares, sobrevivientes, expertos forenses, de la valiente fiscal Sara Romero y hasta de exkaibiles que recibieron inmunidad a cambio de delatar a otros se suceden para contar lo inefable: la tortura, la violación de mujeres y niñas y el asesinato de todo el poblado por parte de unos 20 kaibiles que buscaban guerrilleros y armas y nada encontraron.
Tras años de búsqueda, en 2011 la fiscal Romero finalmente da con Óscar, que vive sin papeles en los suburbios de Boston (este), y le escribe un correo electrónico donde le revela su verdadera historia.
Conocer la verdad permitió a Óscar, que hoy tiene 36 años, viajar a Guatemala y reunirse en 2012 con su padre biológico, un campesino que se salvó porque estaba trabajando en otras tierras, así como legalizar su estatus: Estados Unidos le dio una visa de refugiado.
“Óscar vive hoy una versión del sueño americano del inmigrante, junto a su esposa Nidia y sus cuatro hijos”, dijo Suffern.
En 2014, Óscar atestiguó en persona contra Jorge Sosa, uno de los autores de la masacre, que vivía en California y fue condenado a 10 años de prisión por fraude migratorio.
Suffern quiere estrenar el documental en Guatemala en mayo o junio.
“Parte de hacer justicia es simplemente un reconocimiento de lo que sucedió. Nunca hubo un reconocimiento formal por parte del gobierno, por eso es realmente importante exhibir el filme públicamente en Guatemala”, dijo.
Una Comisión de la Verdad auspiciada por la ONU documentó 669 masacres durante la guerra civil en Guatemala, la inmensa mayoría a manos del Estado durante la dictadura de Ríos Montt y la posterior de Óscar Mejía Víctores (1983-1986).