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“Los primeros años de vida son la base para el desarrollo físico, emocional, intelectual y psicológico de una persona. Por ello, debemos poner especial atención en el cuidado y salud integral de niños menores de 6 años para prevenir retrasos en el desarrollo, problemas físicos, emocionales y psicosociales”, explica la pediatra Varinia Pinto.
La buena nutrición y salud, las constantes manifestaciones de afecto y el estímulo para aprender en los primeros años de vida ayudan a los niños a obtener mejores resultados escolares, estar más sanos y participar en la sociedad.
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Atención de calidad en el embarazo
La mayoría de muertes neonatales (primeros 28 días de vida) se deben a partos prematuros, asfixias del parto e infecciones, por lo que estos riesgos podrían reducirse con partos seguros atendidos por especialistas calificados, buenos cuidados prenatales, cuidados higiénicos de la piel y el cordón umbilical del bebé y lactancia exclusiva materna durante los primeros seis meses del bebé.
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Afecto
El niño debe crecer en un entorno amoroso para su sano crecimiento, incluso, desde antes de que nazca. Es esencial que le demostremos nuestro cariño y que él lo perciba. Un estudio de la Universidad de Washington demostró la importancia del amor, la atención y el afecto en el desarrollo cerebral en los niños. Es fundamental un entorno familiar estable, en donde se eduque con amor y ternura y en donde las relaciones interpersonales y sociales estén basadas en la comunicación, el respeto, la tolerancia y la comprensión, enseñando a resolver los problemas sin violencia o maltrato.
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Autoestima
Hay que enseñarles que tienen derecho a sentir y que pueden hablar de lo que sienten. Esta es la base de una salud emocional que derivará en una autoestima fortalecida, en la que los pequeños saben que los errores son parte de la vida. Utilizar recursos como tarjetas con imágenes, películas, libros, canciones o juegos que representen emociones y cómo manejarlas ayuda a recorrer ese camino con nuestros hijos. Evitar frases como “¡qué fea te ves cuando te enojas!” o “los niños no lloran” impactan en la vida de los niños y afectan, incluso, en la adultez, cuando se manifiestan con miedo, inseguridad, ansiedad, necesidad de aprobación o baja autoestima.
Oriente a sus hijos a controlar sus emociones
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Cerebro
El desarrollo cerebral y biológico durante los primeros años de vida depende de la calidad de la estimulación que el bebé reciba de su entorno: familia y comunidad. Es determinante de la salud, el bienestar y la capacidad de aprendizaje durante toda su vida. El bebé y el niño en sus primeros años están muy conscientes, pues su cerebro está muy abierto a todas las experiencias del entorno y tiene una enorme capacidad de adaptación y aprendizaje. Durante los primeros 6 años de vida, la maduración de la corteza cerebral permite al niño el desarrollo de sus capacidades cognitivas para obtener información, mantenerla y manejarla.
Comunicación
Cuando los padres ocultan las emociones, los hijos pueden también tener dificultades para conocer, identificar, nombrar y gestionar las propias. Un bebé a quien mamá le dice “me siento triste ahora” es uno que crecerá sabiendo que puede hablar de lo que siente y que hay espacios válidos para hacerlo. No se puede separar el desarrollo emocional de cada niño de la situación emocional de sus padres.
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Control pediátrico
Es importante llevar al niño a su chequeo frecuente de crecimiento y desarrollo para prevenir y detectar problemas de salud de manera oportuna. En cada cita, los padres recibirán asesoría sobre vacunación, enfermedades infantiles, alimentación saludable, estimulación temprana, actividad física, seguridad y prevención de accidentes. Acudir al médico ante cualquier problema de salud para un diagnóstico y tratamiento a tiempo, y así evitar riesgos y complicaciones innecesarias.
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Disciplina positiva
A partir de los 2 años, el niño empieza a apropiarse de sus emociones y es cuando muchos padres sienten quedarse sin estrategias para acompañarlos ante los terribles berrinches y, muchas veces, se hace uso de maneras poco respetuosas para imponer la autoridad del adulto cuando se puede usar mejores herramientas para hacerlo. El niño aprende a usar palabras para decir lo que necesita sin que sea necesario llegar a situaciones explosivas.
Dieta balanceada
Es fundamental que se mantenga una dieta equilibrada desde los 6 meses, cuando comienza la introducción de alimentos sólidos, que incluya proteína de alto valor biológico y mezclas vegetales y calcio, para prevenir problemas como la obesidad infantil que ha aumentado a nivel mundial en los últimos años. Se recomienda evitar preparaciones o productos especiales para niños, puesto que tienen exceso de azúcar, sabores artificiales y colorantes. A partir del año de vida, el niño está preparado para tener tres tiempos de comida y dos refacciones.
E
Estimulación
Se debe estimular su desarrollo psicomotor desde que es recién nacido, al brindarle oportunidades de ejercicio físico y recreación. El contacto físico, visual, auditivo y gestual con su madre o cuidadores son la base para que posteriormente comience a hacer inferencias, relaciones, extraer significados, combinar acciones, y vocalizaciones para conseguir un fin de terminado. Es importante para desarrollar sus habilidades lingüísticas y de pensamiento.
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Ejercicio
Los niños y jóvenes de 5 a 17 años deben hacer actividad física, al menos, 60 minutos todos los días, indica la OMS. El ejercicio y el deporte representan beneficios para la salud del pequeño a nivel cardiovascular, respiratorio, muscular, óseo, metabólico e, incluso, intestinal, además de que ayuda a prevenir el sobrepeso y obesidad. Entre las actividades físicas están los juegos, deportes, desplazamientos, actividades recreativas, educación física o ejercicios programados.
L
Lactancia materna
Durante los primeros 6 meses de vida, el mejor alimento para el bebé es la lactancia materna, de forma exclusiva, porque cubre todas sus necesidades nutricionales. Es el único alimento que aporta beneficios inmunológicos para el niño, y que le permite un desarrollo y crecimiento óptimos. A partir de los 6 meses se inicia la alimentación complementaria, continuando con el amamantamiento hasta los 2 años o más, porque le sigue aportando nutrientes. La lactancia materna les ayuda prevenir enfermedades como la neumonía, diarrea, alergias y les ayuda a fortalecer sus defensas.
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Loncheras saludables
Los menús preescolares deben incluir alimentos como arroz, verduras, pasta y legumbres. También, pescado, carnes magras y huevos, y postres como frutas, leche, derivados lácteos y derivados de soya. El agua debe ser la bebida de elección o, en caso contrario, refrescos naturales como limonada, naranjada, tamarindo o rosa de Jamaica hechas en casa. Puede acompañarse con pan o tortillas. Es importante mencionar que en cualquier etapa de la vida, incluyendo la infancia, se puede llevar una dieta vegetariana o vegana, siempre y cuando sea equilibrada y variada.
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Límites
“Nos preocupa que nuestro hijo de 5 o 6 años nos diga que no nos quiere o que no lo queremos porque le hemos llamado la atención y solemos responder con frases que pueden ser hirientes y que restan importancia a su verdadero significado”. Hay que conversar con el niño para indagar qué está sintiendo y explicarle la diferencia entre establecer los límites y el amor. El mayor reto es recordarle que nuestro amor hacia él es incondicional, sin importar sus errores.
M
Movimiento y juego
Son importantes para el desarrollo psicomotor en el niño y son elementos clave que le ayudarán a alcanzar la madurez cerebral. Se aprende por imitación y, posteriormente, el niño encontrará sentido y tomará sus decisiones. Estimular al niño a través del juego es básico para su aprendizaje, el cual supone desafíos, gratificación, recompensa, superación de metas, logros, habilidades adaptativas, planificación de estrategias y predicción de movimientos.
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P
Prevención de accidentes
Las lesiones por accidentes de tránsito, ahogamiento, quemaduras y caídas están entre las tres principales causas de muerte y de discapacidad de niños, por lo que los padres deben tomar las medidas de seguridad necesarias para evitarlos, y no dejarlos sin vigilancia por ningún motivo, especialmente, nunca dejarlos solos en casa.
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Platillos llamativos
Cuando el niño desarrolla neofobia o rechazo a nuevos alimentos, estos deben presentarse de forma agradable, e insistir en incluirlos en sus comidas. Pueden ofrecerse ya cortados y con formas que faciliten su consumo. Los padres deben dar el ejemplo al niño al llevar una dieta equilibrada, variada y con productos naturales, evitando las aguas carbonatadas, frituras empacadas, productos procesados ricos en azúcares como pasteles, galletas y golosinas.
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Suplementación vitamínica
Para lograr un mejor desarrollo de las habilidades cognitivas en la primera infancia, la madre debe tomar suplementos de ácido fólico, por ejemplo, que debe iniciarse antes del embarazo para lograr la prevención de defectos del tubo neural, el cual se forma a los 24 días de gestación.
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Salud emocional desde el vientre
El desarrollo de las emociones puede empezar desde que el bebé está en el vientre al iniciar una comunicación profunda con él, porque escucha y aprende a identificar la voz de mamá. Se le puede leer, cantar o contarle sobre nuestro día y cómo nos sentimos de esperarlo y cuánto lo amamos.
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Sueño adecuado
Una duración de sueño adecuado para la edad ayuda a mejorar la atención, conducta, aprendizaje, memoria, emociones, calidad de vida física y mental. Horas insuficientes de sueño están asociadas con un incremento de hipertensión, obesidad y depresión. La Asociación Americana del Sueño recomienda que el niño apague el televisor, computadora y dispositivos móviles 30 minutos antes de dormir. También es importante establecer una rutina antes de ir a la cama. Los bebés de 4 a 12 meses deben dormir de 12 a 16 horas al día, incluyendo siestas; los niños de 1 a 2 años, de 11 a 14 horas; los menores de 3 a 5 años, de 10 a 13 horas, y de 6 a 12 años, de 9 a 12 horas.
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Sin sal y sin azúcar
Nosotros estamos acostumbrados al sabor dulce del azúcar y al salado de la sal, pero para el bebé, cuando se comienzan a introducir alimentos, todos son sabores nuevos, por lo que se recomienda evitar estos ingredientes, cuyo consumo excesivo desencadena enfermedades crónicas no transmisibles en la edad adulta como hipertensión, obesidad, diabetes tipo 2 y dislipidemia.
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Vacunación
Para algunas de las enfermedades infantiles más mortales como el sarampión, la poliomielitis, la difteria, el tétanos, la tos ferina o la neumonía, o la diarrea por rotavirus, existen vacunas que pueden evitar que los niños enfermen y mueran, por lo que es imprescindible que se cumpla con el calendario de inmunizaciones para prevenir estos males, a los 2, 4 y 6 meses, al 1 año y 1 año 6 meses, y refuerzos a los 4 años. La inmunización evita entre 2 y 3 millones de muerte anuales por difteria, tétanos, tos ferina y sarampión en el mundo.
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5.9 millones
de niños menores de 5 años murieron en el 2014 por causas prevenibles.
12%
de las defunciones globales de niños menores de 5 años se podrían prevenir, si se promoviera y apoyara la lactancia materna en los dos primeros años de vida.
1 de cada 3 niños
alrededor de 200 millones en todo el mundo, no logra realizar plenamente su potencial físico, cognitivo, psicológico y/o socioemocional debido a la mala salud, nutrición deficiente y cuidados y estimulación insuficientes.
Fuentes consultadas: Varinia Pinto de Sagastume, pediatra; Silvia Cruz, médica y cirujana y máster en Educación y Aprendizaje, con posgrado en Nuerociencias; Nissely Herrera Polanco, psicóloga y educadora en Disciplina Positiva; Andrea Reula Aparicio, nutricionista; y Organización Mundial de la Salud
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