crímenes terribles
Tribunal hace reflexión
crímenes terribles
Previo a pronunciar el fallo el presidente del Tribunal, Gonzalo Vargas Bocanegra hizo una reflexión diciendo: ha ocurrido un agotamiento de nuestras estructuras, una queja constante y eso es por falta de cultura jurídica del pueblo; no es un reproche sino a quienes han dirigido mal el destino de nuestra querida Guatemala.
“Este juicio ha permitido al pueblo observar y darse cuenta de cómo se lleva un proceso ; esto va dirigido a nuestro actual sistema procesal penal; es esfuerzo de quienes lograron la creación de este Código el cual hace factible la credibilidad que se ha perdido en Guatemala con respecto a la administración de la justicia”, dijo.
“El fallo debe ser acatado y respetado, y únicamente impugnado a través de los recursos legales que la ley establece; este es un mensaje para toda la ciudadanía, para la Prensa que es un factor importante en esta cultura jurídica de no conseguirse los fines del estado de Derecho, estaremos perdiendo la credibilidad de todos los esfuerzo concluyó diciendo”, agregó.
El fallo
El juez vocal Eduardo Cojulún Sánchez procedió a la lectura: Este tribunal con base a la Constitución, Pacto de San José que aprobó la Convención de Derechos Humanos y el Código Penal absuelve a Ricardo Ortega del Cid de los delitos de robo agravado.
Ortega del Cid fue autor responsable de los delitos de robo agravado en grado de tentativa, lesiones graves, y asesinato en contra de las víctimas Ana Lucía Urrutia Villalobos y Karin Johanna Fleischmann Aguilar, por lo cual se le impuso 25 años por este último hecho ilícito, aumentada en una tercera parte, pero en aplicación del contenido de la doctrina que favorece al reo, se impusieron 30 años de prisión.
Los argumentos
Se dio valor probatorio a las declaraciones de la testigo Ana Maria González Miller, quien presenció el crimen, además los testimonios de dos personas que escucharon los disparos, y uno que vio a dos individuos de espalda.
El testimonio de Antonio Urrutia, padre de la sobreviviente, a quien no se le dio valor probatorio, toda vez que en sus declaraciones mostró nerviosismo al declarar que su hija no había reconocido a Ortega del Cid, lo cual, dijo el juez, que era comprensible ya que el padre de la víctima obedecía a su intención de proteger, porque en una ocasión dijo: Karin ya está muerta y yo tengo más hijos que cuidar.
No se dio valor probatorio a las declaraciones de Ana Lucía Urrutia luego de declarar que no reconoció a Ortega. La muerte de Fleischmann y las lesiones a Urrutia quedaron comprobadas con los informes médicos rendidos al Tribunal.
Hubo incongruencias en los testimonios de los familiares y amigos de Ortega, quienes dijeron que estuvieron la noche de los hechos, el 9 de noviembre de 1994 en compañía del procesado, durante una celebración de graduación de su hermana Ana Carolina Ortega.
Esa versión fue desmentida por la directora del establecimiento educativo, quien dijo que no se podía estar celebrando una graduación, cuando aún faltaban fases que cumplir y que tenían punteo.
Pronunciamientos tras el fallo
El presidente del Colegio de Abogados y Notarios de Guatemala, Alfonso Novales Aguirre, dijo que el fallo daba una lección para los delincuentes y confirmaba que el juicio oral era positivo, el Código Procesal Penal era suficiente y que los jueces y fiscales aplicaban la ley en forma debida.
El procurador General de la Nación (PGN), Acisclo Valladares Molina, dijo: Este debe ser un mensaje claro para todos aquellos que actúan fuera de la ley para que sepan que todo el peso implacable de la misma caería sobre los delincuentes.
La activista Hellen Mack dijo que el fallo había sido un triunfo para la administración de justicia guatemalteca, debido a que se dio dentro de un clima de presiones y amenazas.
Los hechos
El asesinato fue perpetrado el 9 de noviembre de 1994, a inmediaciones de la 1a. calle, colonia Vista Hermosa II, zona 15., Fleischmann y Urrutia se conducían en un Honda, modelo 1994, cuando otro automóvil, Mazda, color esmeralda, les interceptó el paso.
De ahí se bajó un joven y se sentó en el capó del vehículo donde viajaban las dos jovencitas; Urrutia, quien iba tras el volante, procedió a retroceder para escapar, pero el individuo les disparó. Uno de los balazos provoco la muerte de Fleischmann mientras Urrutia resultó herida de bala.
Fleischmann, junto a su amiga Ana Lucía Urrutia Villalobos, fueron a comprar una champa de invierno a eso de las 6 de la tarde, para el viaje que tenía previsto realizar a Europa cuando la muerte la sorprendió.
Ortega estuvo detenido
Vestido con ropa casual, dando muestras de nerviosismo y voz insegura, el 26 de marzo 1996 Ortega del Cid, de 21 años, fue llamado al banquillo de los acusados donde dio sus datos generales y reconociendo haber estado privado de libertad con anterioridad, por haber disparado con arma de fuego por lo cual había sido condenado a tres años de prisión.
Durante su declaración Ortega dijo haber visto en una oportunidad a Fleischmann en un banco de la zona 15.
Intenta suicidarse
Ricardo Ortega del Cid intentó suicidarse el 13 de septiembre 1997 cuando se encontraba en el interior de su bartolina, ubicada en el sector 2 del Centro de Detención Preventivo para Hombres de la zona 18, luego de colocar una manguera en el techo de la bartolina de la cual intentó colgarse. Según autoridades, Ortega pasaba por una fuerte depresión debido a la sentencia.