En pie
Publicada en el 2008 por el Centro Cultural de España, Moderna es una guía de construcciones de ese estilo arquitectónico que se pueden apreciar en la Ciudad de Guatemala. Monterroso y la periodista Gemma Gil estuvieron a cargo de los textos. El arquitecto comenta que el libro documenta dos ejemplos que se conocen de las casas que caracterizaron la zona de solaz que fue el sur de la urbe. Ambas se localizan en la 13 calle de la zona 9.
En una funciona una funeraria. En el interior hay pisos de granito, mármol y acabados en conacaste. El exterior destaca el trabajo de herrería que ornamenta la verja frontal. Albergó el consulado de la embajada de México y fue diseñada por el arquitecto Jorge Pasarelli, en 1958. La otra casa está a la par, se conoce como Villa Dora, y no tiene uso comercial. La diseñó en el mismo año Carlos Haeussler para la familia Picciotto, dueña, entre otras empresas, de la firma vinícola Undurraga. Cuenta con tres murales de Carlos Mérida, el primero, cerca del garaje, el segundo está en la entrada principal y el tercero en el área de la piscina.
Ruptura
En la investigación La modernización de la Ciudad de Guatemala, la reconfiguración arquitectónica de su centralidad urbana (1918-1955), del Centro de Investigación de la Facultad de Arquitectura y de la Dirección General de Investigación, ambos de la Universidad de San Carlos de Guatemala, se indica que en la capital la transición a la modernización arquitectónica constituyó “la mayor ruptura en la historia” de la configuración física de la urbe.
La construcción tradicional, fielmente utilizada por siglos desde los inicios del coloniaje hispánico, se vio en los albores del siglo XX en total desuso y fue sustituida por edificaciones fuertes y estructuras elevadas de concreto armado, espacialmente densificadas y de sobrias expresiones en su estructura y volumen.
En los años 1940, las zonas 9 y 10 se habían popularizado como áreas residenciales de las clases pudientes. La prolongación de los ejes céntricos a lo tipo bulevar, indujeron los accesos a nuevos suburbios de élite “manejados a lo ciudad jardín”. Para el ensanche popular se estableció la continuidad urbanística de la ciudad tradicional, pero para los sectores acomodados se introdujo una concepción urbanística ligada al alto valor paisajístico y monumental.
En esas áreas se instalaron los suburbios tipo jardín, una serie de viviendas tipo chalet, cuyas piezas ensamblables se traían en barco de los puertos californianos. Estaban contiguas a los bulevares, construidas de madera o de concreto armado.
Las residencias eran de tipo concéntrico, rodeadas de paisaje natural, en espaciosos y arbolados solares, una antítesis de la tradicional casa de grandes manzanas-bloque compacta y arquitectónicamente introvertida hacia el patio solariego interior.
Ahora, subraya la investigación, se han ocupado intensivamente los otrora amplios espacios y accesos, porque los palacetes y chalets rodeados de arboledas y jardines fueron suplantados por edificaciones que ocupan íntegramente los solares y recargan de tráfico los antiguos paseos tipo bulevar.