La paricipación de las mujeres, por años relegadas, es notorio, anque ellas no pueden aspirar a la Presidencia.
Tanto en Teherán como en las provincias, había una gran afluencia desde la apertura de los centros de votación delante de los que se formaban largas filas de espera.
La tasa de participación, que es la gran incógnita de los comicios, debería rebasar el 72%, según el ministerio del Interior.
“La participación entusiasta de los iraníes en la elección refuerza el poder y la seguridad nacional”, declaró el presidente Rohani después de haber votado en Teherán por la mañana en un día soleado.
Su contrincante, Ebrahim Raisi, que votó en una mezquita de un barrio obrero del sur de la capital, auguró “una participación máxima”.
Votar masivamente
El balance de Rohani, de 68 años de edad, es cuestionado por Raisi, de 56 años y próximo al guía supremo, el ayatolá Alí Jamenei.
Uno de los primeros en votar en la urna instalada en su residencia de Teherán fue Jamenei, que pidió a sus compatriotas ir a las urnas “masivamente, lo antes posible”.
El célebre director iraní Asghar Farhadi votó en Cannes (sur de Francia), donde participa en el festival de cine, en una de las urnas móviles que la embajada de Irán instaló en Francia, según la agencia de prensa Isna.
Entre los numerosos votantes, Hadi, carpintero de 28 años, afirma que incluso si “nada ha cambiado particularmente” en su vida con Rohani, votaba igualmente por él “por las relaciones con el resto del mundo y nada más”.
Sin embargo, Mohamed Ali Serkani, de 23 años, futuro ingeniero, prefirió Raisi porque, para él, “la cultura islámica, la economía y la ciencia son los sectores más importantes”.
Ahora bien, considera que “el gobierno de Rohani puso fin a la investigación en muchos ámbitos como el nuclear, los misiles y el espacio debido a las negociaciones sobre el (programa) nuclear”.
Las elecciones se producen dos días después de la decisión de Estados Unidos de renovar el levantamiento de las sanciones contra Irán, conforme al acuerdo nuclear firmado en 2015 entre Teherán y las grandes potencias.
Trump en Arabia Saudí
El presidente Rohani, elegido en 2013 con el 50.7% de los votos, dedicó la mayor parte de su primer mandato de cuatro años a la negociación de este acuerdo que permitió iniciar la apertura económica y política de su país.
Pero la desconfianza entre Teherán y Washington persiste. El mantenimiento del acuerdo nuclear se acompañó con nuevas sanciones estadounidenses en relación al programa balístico de Irán.
Una desconfianza que se acentuó después de la llegada al poder del presidente estadounidense, Donald Trump, que acrecentó las sanciones no relacionadas con lo nuclear desde enero.
Este fin de semana, Trump asistirá a una cumbre con dirigentes musulmanes del mundo entero en Arabia Saudí, gran rival de Irán en la región.
de iraníes están llamados a las urnas.
Pese a la hostilidad estadounidense, la ambición de Rohani es continuar con la apertura internacional para atraer más inversiones, mientras que Raisi quiere defender a las clases más desfavorecidas.
Además de la conclusión del acuerdo nuclear, el presidente saliente puede presumir de haber logrado una impresionante caída de la inflación, que ha disminuido cerca del 40% en 2013 a alrededor del 9,5% actual.
Sin cuestionar el acuerdo nuclear, deseado por el guía supremo Alí Jamenei, Ebrahim Raisi denunció la falta de resultados de este compromiso, que no ha favorecido a los más necesitados, a los que Raisi dice querer defender.
Además de estas presidenciales, los 56.4 millones de electores están llamados a votar en las elecciones municipales. El desafío en las grandes ciudades de Teherán, Machhad (noreste) e Ispahan (centro) es lograr el cambio de la mayoría conservadora que las dirige.