Diego es uno de los 13 mil menores de edad que en los primeros cuatro meses del año suspendieron sus estudios, en especial en primaria y básicos, por pobreza, desintegración familiar, patrones culturales, migración, trabajo infantil, condiciones de salud, infraestructura escolar o racismo. Esos niños viven, en su mayoría, en Guatemala, Escuintla, Petén, Izabal, Suchitepéquez, Zacapa y Chiquimula.
Sectores de la sociedad coinciden en que debe sobresalir la voluntad del Gobierno para reducir el desafío de contrarrestar la deserción escolar en el país, cuyas causas son pobreza, migración, trabajo infantil, condiciones de salud, infraestructura escolar y racismo. Guatemala es el país que menos invierte en educación, con el 2.8% del producto interno bruto.
Los establecimientos deben ser atractivos para los estudiantes y la calidad educativa debe ser igual para todos.
Los maestros deben ser capacitados para detectar las señales de deserción escolar y evitarlas.
Es necesario promover nuevas políticas públicas que garanticen la calidad educativa.
“Me duele mucho haber dejado la escuela porque me doy cuenta de que muchos niños desaprovechan la oportunidad que les dan sus padres de cumplir su sueño y yo, en cambio, debo trabajar”, lamenta el menor, quien cursaba sexto primaria en la escuela de El Progreso, Mazatenango, Suchitepéquez.
En Escuintla, la causa de deserción escolar en muchas adolescentes es el embarazo precoz. En el 2016 se registraron 65 casos.
Miriam Maribel Glinz Palencia, directora Departamental de Educación en Escuintla, explicó que la mayoría de niñas que desertaron fueron víctimas de violación. Comentó que preocupa no solo que no hayan terminado el ciclo escolar, sino que no se inscribieron en el actual.
“Decidí abandonar mis estudios porque resulté embarazada y me daba vergüenza que mis compañeros se burlaran de mi condición. No denuncié al violador por temor a que tomara represalias contra mi familia”, expresó una de las adolescentes, de 14 años.
Glinz Palencia indicó que ningún establecimiento educativo privado o del Estado debe negar el acceso a una niña embarazada, pero la decisión de seguir con sus estudios es de estas y sus familiares.
En los primeros cuatro meses del presente ciclo escolar, 737 estudiantes de todos los niveles abandonaron los estudios en ese departamento.
Estrategias
Carlos Rodríguez, de la Oficina de Planificación de la Dideduc en Suchitepéquez, refirió: “Este año tenemos 154 mil estudiantes en todo el departamento y de esta cantidad, 635 ya han abandonado las escuelas. Los problemas siguen siendo los mismos: que los padres no tienen empleo y en el caso de las niñas, tienen que cuidar a sus hermanos o salir a trabajar”.
Rodríguez añadió que con el objetivo de disminuir las cifras de deserción han promovido estrategias, entre estas que los maestros visiten las viviendas de los estudiantes y hablen con los padres para hacerles conciencia sobre la importancia de la educación.
De acuerdo con el último censo, recogido recientemente en ese departamento, unos ocho mil niños en edad escolar trabajan o ayudan a sus padres en la agricultura.
Silvestre Cifuentes, líder comunitario, afirmó que cuando se habla de niñas se les debe desagregar, ya que las menores indígenas tienen menos oportunidades que las mestizas de continuar en el sistema educativo.
“De alguna manera, lo que determina esta situación son factores de pobreza y pobreza extrema, y por otro lado, por el rol que la niña desempeña o realiza dentro de las comunidades, pues se limita más a oficios de tipo doméstico, casamientos y embarazos precoces”, manifestó.
Autoridades de Educación en Quetzaltenango afirmaron que durante los primeros cuatro meses del presente ciclo escolar, 483 estudiantes abandonaron las clases por migración, falta de interés por continuar en la escuela, embarazos en niñas, trabajo y la distancia que deben recorrer para llegar al plantel educativo.
Carlos Ixquiac, coordinador de la Unidad de Planificación de la Dideduc de ese departamento, indicó que la cifra de estudiantes retirados incluye a 174 que fueron trasladados a otro plantel educativo por diversas razones.
“Con base en los informes de las causas de los retiros buscamos estrategias para motivar a los menores a que luchen por sus sueños y, además, concienciamos a los padres”, resaltó.
Olivia González, maestra de primaria en Quetzaltenango, expresó: “La función de un maestro no es solo impartir clases, sino motivar a los niños para que se sientan atraídos por el aprendizaje, conocer su historia de vida para determinar si afrontan algún problema en su casa y qué es lo que necesitan”.
En Chiquimula, el factor más común en los niños desertores del área rural es el trabajo, pues la mayoría de padres deciden llevarse a sus hijos a trabajar al campo, sobre todo en la época de lluvia. Otros migran a Estados Unidos, por factor económico.
La deserción escolar en las niñas de ese departamento se debe a que tienen que aprender oficios domésticos o asumir el papel de madre.
Autoridades del Comité Nacional de Alfabetización en Chiquimula aseguran que cuentan con programas y apoyo de oenegés para ejecutar estrategias que contribuyan a prevenir ese problema, que afecta, en su mayoría, a estudiantes del nivel primario.
Baja matrícula
De acuerdo con estadísticas del Ministerio de Educación (Mineduc), la matrícula a escala nacional comenzó este año con tres millones 887 mil 264 estudiantes. Sin embargo, en los primeros cuatro meses desertaron 13 mil seis. De esa cifra, dos mil 551 dijeron que no les interesa continuar sus estudios, tres mil 404 fueron trasladados; 968, por migración temporal; 663, por trabajo; 593, por la distancia que deben recorrer para llegar al centro educativo; 428, por falta de recursos; y 268, por enfermedad.
José Enrique Cortez Sic, de la Dirección de Planificación Educativa del Mineduc, indicó que la mayoría de niños que han dejado la primaria estaban inscritos en primer grado.
Manifestó que con el fin de contrarrestar el problema cuentan con estrategias de mejoramiento de la calidad educativa, de infraestructura, de rediseño del Currículum Nacional Base del ciclo básico y de padres en apoyo a la educación. También los programas comprometidos con primero y de alimentación escolar.
“En la estrategia de ampliación de cobertura se tiene contemplado, para este año, desarrollar y fortalecer acciones que favorezcan el incremento a la cobertura, tales como visita a hogares, optimización del recurso humano del Mineduc, remozamiento y construcción de aulas”, indicó.
Mynor Estuardo Carranza, sociólogo, considera que el objetivo del Gobierno es mantener a la población en un determinado nivel de pobreza, para que centre su esfuerzo en la búsqueda del sustento diario y relegue la educación.
“Impresiona y resulta hasta aberrante observar que el acceso de la población a la educación primaria, la cual es básica para el bienestar y desarrollo social, vaya en un descenso tan vertiginoso que va a resultar muy difícil revertir si no se toman medidas urgentes este año”, dijo.
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* Con información de María José Longo, Cristian Icó, Mario Morales y Carlos Paredes