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Acorde a la rescatista de animales Yolanda Mazariegos, antes de acudir a un refugio de animales en busca de un nuevo miembro para su familia o enviar un formulario de solicitud en el caso de las asociaciones que inician un proceso de adopción a través de medios digitales, lo primero que debe hacer es analizar qué tipo de perro se acoplará bien a su estilo de vida.
“Además de las fotografías de los perros, las asociaciones suelen incluir un pequeño perfil del animal. Si es macho o hembra, su edad, si puede relacionarse bien con otros perros o niños son algunos de ellos. Quizá un cachorro le parezca muy tierno, pero eso no significa que sea la mejor opción para usted porque su cuidado y adiestramiento requiere de mucho trabajo y tiempo. Tome en cuenta que literalmente deberá enseñarle todo, desde controlar sus esfínteres y encontrar un lugar para hacer sus necesidades, hasta cómo relacionarse con otros perros o pasear utilizando una correa”, dice Mazariegos.
En cuanto a los perros que ya dejaron de ser cachorros o son adultos, Mazariegos comenta que la ventaja es que ya tienen cierto adiestramiento y un buen nivel de socialización. Sin embargo, eso no quiere decir que todo está resuelto porque también requieren de atención y un acompañamiento especial mientras se adaptan a un nuevo espacio y a ciertas costumbres.
Por su parte el rescatista Rubén Hernández enfatiza en que para los nuevos dueños es importante tener presente que no todos los perros han disfrutado de una vida plena anteriormente, sobre todo en el caso de los adultos. “Hay perros que pasan meses o hasta años en las calles, que han sido golpeados o apedreados algunas personas, desarrollando así miedo a los humanos. Es por eso que algunos desarrollan manifestaciones de nerviosismo extremo o agresividad”, explica.
El tiempo que pasan en un refugio suele empezar a modificar estas actitudes porque empiezan a tener contacto con los trabajadores o voluntarios que están a cargo de su cuidado. Por supuesto, a partir de que el animal es adoptado se traza un nuevo camino y hay algunos consejos que el dueño puede poner en práctica, para mejorar la integración de la mascota:
- Aunque es comprensible que como dueño usted quiera que el perro aprenda rápidamente a comportarse como usted espera, la verdadera prioridad no es que sea totalmente obediente desde el principio, sino que comprenda que este nuevo cambio en su vida será positivo. Puede que el animal se muestre tímido o su reacción sea completamente opuesta y esté sobrexcitado. En cualquiera de los dos casos, lo mejor es ser paciente y mostrarse relajado.
- Debe dejarlo moverse libremente por la casa, sin obligarlo a permanecer a su lado. Evite prestarle atención excesiva o vigilarlo todo el tiempo. Poco a poco, cuando se sienta cómodo, el perro empezará a buscar su atención y acercarse a usted.
- El perro debe tener un sitio de descanso cómodo. Compre una cama y mantas antes de llevarlo a casa.
- También debe situar en un lugar específico un recipiente para el agua y otro para la comida, de preferencia al lado de su cama para que comprenda que ese será su espacio principal.
- Es probable que su nueva mascota intente marcar su territorio y orine en algunos rincones. Evite los gritos, castigos o saturarlo de órdenes. Cuando el estrés de la nueva experiencia haya pasado será el momento para empezar a educarlo y mostrarle las reglas de la casa.
- Quizá usted sienta la necesidad de darle mucho afecto al animal o piense que lo necesita debido a su condición. Sin embargo, expertos aconsejan que no intente besar, abrazar o acariciar constantemente a su mascota. “En esta situación, la mejor manera de demostrarle amor es dándole un espacio cómodo, seguro y con un ambiente relajado”, afirma Mazariegos.
- Tome en cuenta que aunque usted le pueda ofrecer mejores condiciones de vida, la separación de su mascota con los cuidadores del refugio u otros perros puede causarle ansiedad. Algunos juguetes que incluso puede poner en su cama para que se sienta acompañado y mostrarse accesible si el perro desea atención son buenas prácticas para solucionar este problema.
- El acompañamiento es crucial en esta etapa. Durante los primeros 20 días procure no dejar al perro solo. Esto lo hará sentirse más a gusto y seguro.
- Marque una rutina desde el primer día. Esto le permitirá al perro comprender el ritmo y la dinámica de su hogar, además de acostumbrarse a sus paseos diarios.
- Cuando lo saque a caminar siempre colóquele una correa. Deje que explore las calles sin prisa y no lo obligue a acercarse a algo que lo atemorice. Empiece con paseos cortos, en lugares cercanos a su casa y poco a poco amplíe los horizontes.
- Puede que a usted le emocione la idea de presentar al nuevo integrante de su familia a otras personas. Sin embargo, lo mejor al inicio es que lo evite. Esto podría causarle estrés a su mascota.
- Si el perro se torna muy agresivo recurra a la ayuda de un profesional.
- Si por el contrario, el perro es sumamente nervioso o temeroso debe tener paciencia y ganarse su confianza. Darle algunos croquetas o golosinas, además de dedicar tiempo para jugar con él hará que empiece a relajarse.