Afirma que se hizo fotógrafo por “preguntón”. Recuerda que en 1950 su maestro José Víctor Castillo Rodríguez, el primer fotógrafo profesional del lugar, llegó a Huehuetenango para documentar las tradicionales Fiestas Julias, sin saber que dos semanas después haría de esa ciudad su hogar.
La observación y curiosidad fueron el motor que hace 57 años llevaron a Maldonado a fundar Foto Filmex. “La fotografía la aprendí viendo con él —su maestro—. Siempre me explicaba el porqué de las cosas”, dice. Domina la técnica del encuadre, composición, química, revelado, retoque y lo que conlleva hacer fotos de estudio.
Primera cámara
Su primera cámara fue una Calumet —estilo acordeón—, traída de Estados Unidos por unos Q10 mil. Esa fue la primera de su tipo que ingresó en Guatemala.
Manuel ha fotografiado desfiles, paisajes, bodas, quinceaños, bautizos y otros eventos. “He retratado a miles de huehuetecos; ya perdí la cuenta”, dice al tiempo que sonríe.
Esa profesión le permitió criar a 10 hijos. Ahora tiene 11 nietos y ocho bisnietos.
En su colección ha documentado lugares emblemáticos de la cabecera, una ciudad que, afirma, se transforma de un lugar limpio, culto, sin cables —antes todo era subterráneo— a uno caótico.
La historia
Don Memito relata que lo han confundido con el párroco de la ciudad y hasta con el fotógrafo oficial de la Presidencia, cuando visitó el lugar Vinicio Cerezo —presidente de 1986 a 1991—.
Recuerda que en un viaje al extranjero, para ir a recoger un premio por sus fotografías, tomó una imagen con una cámara sencilla, y al revelarla se dio cuenta de que captó la luna, el ala del avión y otro avión, instantánea que atesora como uno de las más valiosas.
Para Manuel, la mejor forma de transmitir un sentimiento es la fotografía. “Yo creía al principio que era algo mágico y misterioso, porque de negativo se pasa a positivo en papel, con un pequeño luzazo, todo medido y poco a poco aparecía la imagen”, comenta.